Dice la OIT (Organización Internacional del Trabajo) que los salarios cayeron en 2017 un 1,8% y que las mujeres cobran un 15% menos que los hombres, de forma general. Continúa el informe de la OIT diciendo que “España es uno de los países, junto con Italia, que ha hecho que la tendencia de los salarios en el conjunto europeo haya bajado hasta niveles de punto cero”.
Por otra parte los “expertos” no cesan de decir que la economía española va mejor, que la productividad en España no está cayendo. Estos cantos de sirena no se traducen en los salarios ni en las condiciones laborales que siguen siendo, algunas, más propias de otros tiempos.
Continúa la OIT diciendo que “las condiciones ya tendrían que estar dadas para que los empresarios asumieran aumentos de salarios”.
Lo que nunca nos va a decir ningún organismo “respetable” es que para que los empresarios asuman lo que debían de asumir, ¡hay que forzarlos! La presión en las calles y la movilización es la única que –de siempre- ha conllevado mejoras en las condiciones laborales, sociales, políticas… sencillamente humanas.