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Portugal: La extrema derecha reaparece

Los vecinos portugueses han vuelto anticipadamente a las urnas, apenas 2 años después de haber otorgado su confianza al Partido socialista en 2022, con amplia mayoría absoluta. Hoy en el nuevo parlamento de 230 diputados, la Alianza Democrática (AD, derecha) tiene 79 escaños (+2), el PS 77 (-43) y Chega -¡Basta!- (la extrema derecha) – 48 (+36).

El partido socialista gobernó 8 años y contó con los apoyos del Partido Comunista Portugués y del Bloque de Izquierda, pero las corruptelas y sus políticas a favor de las empresas han acabado defraudando y abriendo la puerta a la derecha y eso que aún comentan haber mejorado la vida de la gente, disminuido la deuda pública, mejorado los presupuestos, bajado la inflación… ¡Bla, bla, bla! ¡Parece calcado a lo que en España ocurre!

La realidad pura y dura es que la enseñanza y la sanidad portuguesa atraviesan grandes dificultades y sufren huelgas desde hace años. Los salarios son bajos a pesar de que han subido, con un mínimo de 820 euros brutos, mientras que los precios son similares a los de España. 2 millones de portugueses viven por debajo del umbral de la pobreza, la mayoría pensionistas. En Portugal, como en España, hay una gran crisis inmobiliaria debido a la potenciación del uso turístico. En definitiva, el “gobierno de progreso” portugués ha estado marcado en los últimos años por un empeoramiento de la calidad de vida de los trabajadores, las capas más precarias de la sociedad, y los jóvenes que no ven otra salida que emigrar.

El dicho de “siempre nos quedará Portugal”, en el sentido ser una república, progresista y con la extrema derecha marginal, queda obsoleto pues estas últimas elecciones ha cambiado el panorama. No, no hay ninguna “excepción ibérica” que nos aísle de la extrema derecha pues el descontento es un abono excelente para que germinen las ideas xenófobas que hoy atacan a los emigrantes pero mañana cargarán contra los trabajadores, si la situación así lo requiere.