A pesar de que los sondeos sembraron la duda, el PP revalida su mayoría absoluta en Galicia por quinta vez consecutiva, mientras el Bloque Nacionalista Gallego sube 6 escaños y socialistas, Podemos y Sumar se pegan un batacazo de consideración, quedando estos últimos sin representación parlamentaria. Son los nacionalistas del BNG los que han recogido el voto perdido por la izquierda reformista.
Sumar ha obtenido tan solo 28.171 votos. Como decimos, un batacazo, pues hay que recordar que Yolanda Díaz es gallega, ministra, y ha contado con el apoyo del gobierno central. Podemos ha obtenido 3.854 votos. Estos partidos, con su participación en los gobiernos de Pedro Sánchez, han llevado a la decepción a cientos de miles de personas que se vieron engañadas por las falsas expectativas que prometieron. Ellos mismos son los responsables de su fracaso, pero lo peor es que haciendo esas políticas contra la población trabajadora le abren el paso a las derechas. Tienen los resultados electorales que se merecen.
El “gobierno de progreso” ya ha mostrado a los trabajadores lo que son verdaderamente; las limosnas ofrecidas a la población más vulnerable apenas se han notado, han sido incapaces de contener la inflación, la sanidad, educación siguen su privatización… Yolanda Díaz no puede seguir engañando a nadie con su reforma laboral, que camufla los índices de desempleo y la precariedad, acompañada del pluriempleo, han vuelto a España como en los tiempos de Franco. Pero ello no debe desanimar a ningún votante de izquierda; todo lo contrario: hacer un balance de estas elecciones despeja el camino para saber que los trabajadores no tienen que esperar 4 años más para votar. El nacionalismo tampoco es solución.
Debemos organizarnos y exigir nuestras reivindicaciones: la lucha obrera es el único camino. Y con esta certeza empezar a organizar y extender un partido obrero de lucha que sea la voz de los intereses del mundo del trabajo.