Putin ha advertido del alto riesgo de una guerra nuclear, como respuesta a la apuesta de la UE de reforzar su carrera armamentística, y tras las declaraciones del presidente francés -Macron-, expresando la posibilidad de enviar soldados, misiles y bombas de medio y largo alcance, para garantizar la derrota de Rusia frente a Ucrania.
Así, los presupuestos europeos quieren contemplar un incremento de gastos, que se sumarían a los 50.000 millones de euros ya aprobados hasta 2027 para Ucrania. «Gastar más, gastar mejor, gastar europeo», dice Von der Leyen, la presidenta de la CE, imitando de esta forma lo que EEUU hace para impulsar su industria armamentística. La nueva estrategia de defensa europea supondrá el mayor gasto militar en Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Recordemos que en todas las guerras pierden los pueblos, de ambos bandos, pero en cambio salen inmensamente ricas las grandes empresas, tanto europeas como de EEUU. Y recordemos también que estos incrementos militares se harán en detrimentos de los gastos sociales y laborales, ósea, a costa del pueblo trabajador.
Ni Putin ni Zelensky son verdaderos representantes de los pueblos rusos y ucranianos, los que verdaderamente están sufriendo la guerra; aquellos solo buscan consolidar su poder. Ni EEUU ni la UE están preocupados por los pueblos, lo demuestra el hecho de permitir a Israel llevar a cabo todo un genocidio contra los palestinos, entre otras muchas guerras, impulsadas y consentidas.
La guerra en nuestro mundo actual es omnipresente porque está en el corazón mismo del capitalismo. No se guerrea por la libertad y el bienestar de los pueblos sino por el control de mercados internacionales y rutas comerciales. Por esta misma razón el futuro de la humanidad pasa por derrocar este sistema capitalista ávido de beneficios dónde la vida humana importa tan poco y dónde se impone la ley del más fuerte. Es posible derrocar el capitalismo, y visto lo visto, muy urgente y necesario.