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El negocio de la electricidad en España, la gallina de los huevos de oro de los capitalistas

Dos sucesos relacionados con la energía fueron noticia a principios de año: los cortes de luz en un barrio de la Cañada Real de Madrid y la subida de precios en un momento en el que las temperaturas caían por debajo de los 0 grados. Esto obligó a muchas familias a contar las horas de calefacción, limitar el número de habitaciones con calefacción o no encender la calefacción en absoluto. Todo esto escandalizó a mucha gente. Pero, por otro lado, cuando miramos a los grupos energéticos capitalistas, nos damos cuenta de que nunca han sido tan poderosos en España. Entre las empresas que más cotizan en bolsa, en el IBEX 35, seis empresas están vinculadas a la energía y la más potente de ellas, Iberdrola, es la segunda empresa española más potente del mercado financiero justo detrás de Inditex. Por lo tanto, si estas empresas están en el sector energético, son sobre todo grupos capitalistas que sólo buscan una cosa: aumentar los beneficios a costa de la población.

 

EL ESTADO AL LADO DE LOS GRUPOS CAPITALISTAS DE LA ENERGÍA

El auge de las empresas energéticas se ha producido en un contexto de profunda connivencia con el Estado. En los últimos 40 años, el sector ha sido privatizado por los gobiernos (tanto de derecha como de izquierda). La empresa Endesa, por ejemplo, comenzó a ser privatizada en los años 80 bajo el gobierno de Felipe González, que vendió el 20% de la compañía. La operación finalizó en 1998 cuando, bajo el gobierno de Aznar, Endesa pasó a ser totalmente privada. El control estatal disminuirá aún más en 2014 con Rajoy, cuando el precio de la electricidad deje de ser fijado por el Estado.
Hoy en día, las empresas que desde entonces dominan la producción de electricidad: Endesa, Naturgy, Iberdrola, etc. son todas de propiedad privada. Sin embargo, como todos los grupos capitalistas, el Estado está a su lado para compensar las posibles pérdidas, manteniendo la red eléctrica y proporcionándoles jugosos contratos para abastecer a las distintas comunidades. Más recientemente, las empresas energéticas han estado a la cabeza de la recepción de ayudas estatales para la transición energética y siguen estando en una posición privilegiada para aprovechar los miles de millones de euros prestados por la Unión Europea, parte de los cuales Sánchez ha prometido destinar a las energías renovables.
A los políticos que les pusieron en bandeja la oportunidad de obtener enormes beneficios a bajo coste, las empresas les han ofrecido sinecuras muy bien remuneradas ofreciéndoles puestos en sus consejos de administración o asesorías como fue el caso de Calvo Sotelo, Aznar o Felipe González.

 

UN MERCADO ELÉCTRICO MUY RENTABLE A COSTA DE LA POBLACIÓN

El mercado energético español se ha vuelto muy rentable hasta el punto de ser el país de la Unión Europea con más empresas que venden electricidad a particulares, unas sesenta. Y con razón: es uno de los países más caros de Europa en cuanto a electricidad, y lo ha sido durante años. Con el precio del MWh que superó los 100 euros a principios de enero, España acaba de batir un nuevo récord. Se prevé que las facturas de electricidad de estos meses de invierno aumenten una media del 19%.
Entender de dónde vienen estos precios tan elevados es muy complicado y los propios expertos parecen un poco perdidos. En primer lugar, están los impuestos, que suponen el 22% de la factura eléctrica. El IVA, que es el principal impuesto, es el más injusto ya que golpea mucho más a las clases populares. Pero junto a esto, existe una increíble opacidad sobre lo que hacen pagar las empresas. Y esto es deliberado, porque en la situación actual es imposible controlar la evolución de los precios y las empresas energéticas pueden decir lo que quieran. Esto les permite especular con los precios o subirlos artificialmente, como Iberdrola, que fue pillada en 2013 y tuvo que pagar una multa.
Sin embargo, lo que podemos ver es que las grandes empresas energéticas están acumulando grandes beneficios. Por ejemplo, Endesa aumentó sus beneficios netos casi un 40 % en los nueve primeros meses de 2020. De su parte Iberdrola repartirá 1300 millones en dividendos a sus accionistas en febrero. Por lo tanto, una gran parte de nuestra factura está bien empleada para engordar a los accionistas.
Para obtener tales beneficios, todo es bueno. Porque además de las altas tarifas y las ayudas estatales, los grandes grupos encuentran la forma de recortar el mantenimiento de la red eléctrica para ahorrar aún más dinero, y sigue siendo la población la que lo paga. En algunos barrios populares de Badalona, Sabadell, Sevilla, Granada y Badajoz, los cortes de luz son frecuentes debido a lo anticuado del sistema. Es durante los picos de consumo cuando se producen los cortes de electricidad, que provocan todo tipo de dificultades a la hora de cocinar o de lavarse.

 

LA POLÍTICA CRIMINAL DE NATURGY EN LA CAÑADA REAL

Desde hace unos meses, los habitantes de la Cañada Real, un barrio colindante con varias ciudades de la comunidad de Madrid, sufren cortes de electricidad, pero aquí son permanentes. En este caso, fue el grupo Naturgy el que cerró el grifo. Se escuda en las conexiones clandestinas y en los cultivos de cannabis para condenar a cientos de familias al frío y a todo tipo de dificultades cuyas consecuencias se pueden imaginar en pleno invierno. Lo que hay detrás, sin embargo, es una gran operación inmobiliaria porque en Madrid, como en el año 2000, cada palmo de terreno es objeto de especulación inmobiliaria. Tener como vecinos a los habitantes del barrio de la Cañada Real podría limitar los beneficios que esperan los especuladores. Naturgy utiliza aquí un medio de presión tan odioso como abyecto al servicio de las inmobiliarias con el fin de echar a la gente.

 

EL GOBIERNO ES INCAPAZ DE IMPONER NADA A LOS GRUPOS ENERGÉTICOS

Lo que hemos visto en la reciente situación es una admisión de debilidad por parte del gobierno de progreso, en boca de Teresa Ribera, ministra de la transición ecológica, explicando que eran bastante incapaces de cambiar las cosas. En Podemos esta admisión se manifestó en el envío de una gran cantidad de leña a los habitantes de la Cañada Real para que pudieran calentarse ¡mientras ellos mismos están en el gobierno! Otros políticos anuncian días mejores cuando se utilicen energías renovables, supuestamente más baratas en su coste de producción. Es una ilusión confiar en los capitalistas energéticos que verán en esto una oportunidad para enriquecerse un poco más, embolsándose de paso las nuevas ayudas que inevitablemente caerán para la famosa «reconversión».
Además, la nacionalización de uno o varios grupos energéticos no cambiaría fundamentalmente el problema si se hace con la normativa actual. En Francia, por ejemplo, el Estado tiene una participación mayoritaria en la empresa que produce electricidad: EDF. Esto no impide en ningún momento que las empresas distribuidoras de electricidad obtengan beneficios astronómicos, con la diferencia de que es el Estado el que asegura, gracias a los aumentos dos veces al año, unas tarifas elevadas y es el Estado el que se encarga de cortar el gas y la electricidad a las personas que ya no pueden pagar.
No, si algo han demostrado los últimos acontecimientos es que sólo el control directo de los precios de la electricidad por parte de la población y el control directo de la producción por parte de los trabajadores de la energía pueden garantizar que nuestra factura de la luz sea justa con una red que funcione. Así es como podemos saber realmente cuánto cuesta la producción, en qué condiciones se produce la transmisión, el margen que se llevan las empresas de marketing que sólo ponen un logotipo en la factura. Sólo entonces podremos conseguir precios decentes. Para ejercer este control y desenmascarar el robo permanente, serán necesarias luchas colectivas contra estos capitalistas.

 

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