Miles de personas se expresaron el 1-O, a favor del referéndum, intentando votar, o votando. El valor de la movilización de miles de personas que exigen votar la independencia, no se puede acallar con la violencia policial organizada por el gobierno de Rajoy. La desproporción de la represión, ante una convocatoria que, incluso, no recibía las garantías democráticas necesarias por amplios sectores de la misma Cataluña, hace a este gobierno corrupto y represor del PP, aún más impopular de lo que ya nos tiene acostumbrado.
Su política de recortes, de ataques a las condiciones de vida y derechos del pueblo trabajador, su robo continuo a favor de la burguesía, está terminando con las más elementales libertades públicas: el derecho a expresar libremente las ideas.
El nivel de represión policial visto en Cataluña nos muestra lo que es capaz de hacer contra los derechos de las clases populares y que de hecho realiza, cada vez que las clases trabajadoras intentan defenderse de los ataques de la patronal y sus políticos.
Ante esta actuación viene bien el refrán, “cuando veas las barbas de tu vecino recortar pon la tuya a remojar”. Las acciones contra la clase trabajadora, los recortes sociales, las privatizaciones de los sectores públicos, los ataques contra los pensionistas y etc., etc., etc., son habitualmente reprimidas con esta violencia o mayor.
El PP, con Ciudadanos y el PSOE, habla de democracia, de ley e igualdad para todos: Mentira. Han utilizado el sistema judicial, el parlamento, sus medios, sus periodistas y políticos para tapar su corrupción, sus ataques a los trabajadores y alentar a la extrema derecha que ha empezado a salir a la calle con las banderas de una monarquía corrupta y al servicio de una burguesía ladrona.
A este conflicto catalán, que es simple y llanamente el derecho democrático que millones de personas desean en Cataluña, de poder decidir en un referéndum su futuro, le oponen la legalidad torticera que ellos retuercen para lo que les conviene. ¡Cómo cambiaron la Constitución para que la banca su deuda cobrara!
Y en este juego de trileros, engañando a las clases populares del país para salvar sus asientos en los consejos de administración de los grandes bancos y empresas, no podemos dejar de nombrar a esos catalanistas que se llenan la boca con proclamas independentistas: Los Mas, Puigdemont, Junqueras, Forcadell, Pujol, etc., que han machacado a las clases populares con sus gobiernos en Cataluña y avivan un conflicto nacionalista que oculta su explotación capitalista.
Las trabajadoras y trabajadores de España, de todo el Estado, no podemos caer en los tópicos contra los catalanes, andaluces, castellanos, gallegos etc., porque va en contra de nosotros mismos. No podemos caer en la trampa de los que quieren enfrentarnos para ganar ellos.
Hay que luchar por nuestros derechos e intereses obreros, de clase, contra la patronal. Cambiar de nacionalidad, la independencia, no cambia la explotación, la precariedad, la desigualdad social. Nuestro enemigo es el capitalismo, la burguesía española y catalana, y solo la clase trabajadora tiene la posibilidad de resolver el conflicto social, en la unidad obrera, luchando juntos, contra el capital y sus corruptos gobiernos.