A partir de 1997, el mercado eléctrico lo componen tres tipos de agentes: los independientes formado por el generador, el transportista, el distribuidor y el comercializador y los dos últimos llamados regulador y operador del sistema. Aunque cualquier sociedad o empresa puede acceder tanto a la generación como la comercialización, previa aprobación por el regulador del sistema eléctrico, no ocurre lo mismo con el transporte y la distribución, que solo puede llevar a cabo unas pocas empresas, sin que nadie más pueda acceder a este negocio. Los costes de estas redes repercuten a todos los consumidores.
Existen dos tipos de mercado al que el consumidor puede acudir libremente: por un lado, el regulado, cuyo precio cambia de hora en hora cada día, según la oferta y la demanda entre quienes la producen y la venden. Es decir, una forma de especulación que termina pagando el consumidor, sin que éste pueda intervenir, ni decidir, por ejemplo, consumiendo menos electricidad. Por el otro el mercado libre en el que la comercializadora fija el precio y lo pone en el contrato. Como las tarifas telefónicas, se sabe cuánto se va a pagar de antemano por cada kWh.
Para fijar el precio de la electricidad el operador del mercado eléctrico mayorista toma por un lado todas las ofertas por parte de los compradores, la electricidad que necesitan y el precio al que están dispuestos a pagarla, ordenadas de mayor a menor precio. El precio máximo es de 3.000 €/MWh. Luego toma por otro lado todas las ofertas de los vendedores, con la energía de que disponen y el precio al que están dispuestos a venderla, ordenadas de menor a mayor precio. El precio mínimo es 0 €/MWh.
Estas curvas de compra y de venta se ponen juntas y en algún punto se cruzan, es el llamado precio de casación. Es en la oferta y la demanda eléctrica que llevan a cabo las empresas donde se producen las variaciones que repercuten en ese precio de la electricidad.
Por la parte de la oferta, si ordenamos las actuales tecnologías de producción de electricidad por su coste de menor a mayor, tenemos primero a la nuclear, seguido de eólica, solar, hidroeléctrica y por último las centrales térmicas que emplean fósiles. Estas centrales, a diferencia del resto, se ponen a producir casi de forma instantánea y aparte de los costos de mantenimiento son los combustibles asociados como el carbón o el gas natural los que la encarecen y ofertan su electricidad al precio más caro para evitar perder dinero.
Por la parte de la demanda, esta es la cantidad total que los consumidores necesitan para la actividad diaria en su conjunto. Además, la condicionan dos factores: la actividad humana y la estacionalidad. Para que sea estable el consumo y la producción de energía tienen que coincidir en cada momento.
Para alcanzar esa estabilidad entre generación y demanda las eléctricas solo disponen, de momento, de las tecnologías que puedan ser conectadas o desconectadas de forma rápida, que son actualmente las térmicas, las más caras de mantener. Sin embargo, no parece que a las eléctricas les preocupe mucho esto pues llevamos años viendo como recaudan millones sacando ventaja de esta situación.
No se ve que se realice la inversión necesaria en mejorar las tecnologías existentes y para buscar nuevas formas de generación más eficientes y menos costosas. A las eléctricas les va bien así. Mientras no se desarrollen formas eficientes de almacenar la energía eléctrica para cuando sea necesaria, utilizando medios ecológicos más baratos o aumente la inversión en nuevas formas de producción como la fusión nuclear, la población seguirá pagando de su bolsillo. Sin embargo, la mayor parte de lo que paga en la factura va a satisfacer los bolsillos de los accionistas.
Los sucesivos gobiernos han permitido este aumento indiscriminado en los precios de la electricidad, que no es más que un robo legalizado a la población. En lugar de poner coto a los beneficios de las eléctricas, cuando la cosa se desmadraba, a lo más lejos que han llegado, ha sido regular por decreto una parte del precio total, con el fin de que la población pudiera seguir afrontando el pago de las facturas.
Por ejemplo, la subasta eléctrica de diciembre de 2013 supuso una subida del 11%, que fue anulada por el Gobierno de Mariano Rajoy y regulada por real decreto-ley a una subida del 2,3% y solo para los tres primeros meses de 2014. Sin embargo, la deuda con las eléctricas seguía su curso y aumentaba cada año; las regulaciones de los distintos gobiernos solo hacían acelerar la diferencia a favor de las eléctricas, pues cada freno (por ejemplo vía decreto) aumentaba la deuda que decían, debía la población. Según los últimos cálculos de estas compañías, la población ha contraído una deuda de 3.000 millones anuales, y sigue subiendo. Regular, como pretende hacer el actual gobierno no sirve de nada, es desviar la cuestión principal, el control lo tienen las grandes empresas y accionistas, quienes tienen el dinero, como ha demostrado Iberdrola en varias ocasiones, vació un pantano, detuvo la generación eólica y manipuló precios. Resultado: ninguno. Estos empresarios ostentan de momento el poder mientras los gobiernos miran a otro lado. Un poder que los sucesivos gobiernos han ido fortaleciendo.
Está claro que parar este robo solo se conseguirá imponiendo formas de energía más económicas, menos contaminantes. Para hacerlo posible la población debe expropiar empresas y capitales y con ellos invertir para poner a su servicio energía limpia y constante. Hay que pasar del parasitismo capitalista basado en el dinero que nada aporta a la población a establecer una sociedad comunista donde los medios productivos sean universales.
Lista de políticos y altos cargos del estado miembros de los consejos de administración de las empresas eléctricas
Acebes, Ángel (Iberdrola). Ex ministro del Interior y ex secretario general del PP. Miembro del consejo de administración de Iberdrola.Aznar, José María (Endesa). Ex presidente del Gobierno. Asesor externo de Endesa.Borbón-Dos Sicilias, Carlos (Abengoa). Primo de Juan Carlos I. Consejero independiente de Abengoa Solar.Borrell, Josep (Abengoa). Ex ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente y ex presidente del Parlamento Europeo. Consejero independiente externo.Boyer, Miguel (Red Eléctrica). Ex ministro de Economía del PSOE. Consejero externo independiente hasta 2014 por fallecimiento.Cabanillas, Pío (Acciona). Ex director general de RTVE y ex portavoz del Gobierno. Director general de imagen corporativa y marketing global de Acciona.De Guindos, Luis : actual ministro de Economía. Consejero de Endesa entre 2009 y 2011.González, Felipe (Gas Natural Fenosa). Ex presidente del Gobierno. Consejero independiente (hasta abril).Hernández Mancha, Antonio (Enagás). Ex líder de Alianza Popular. Consejero independiente de Enagás a falta de confirmación por la Junta.Martín Villa, Rodolfo (Endesa). Ex vicepresidente del Gobierno con la UCD. Presidente de honor de Endesa.Serra Serra, Narcís (Endesa): exvicepresidente del Gobierno, exministro. Consejero de Endesa entre 2009 y 2011.Solana, Luis (Abengoa). Ex diputado socialista, ex director de RTVE y hermano del socialsta Javier Solana. Consejero de Abengoa Bioenergy.Solbes, Pedro (Enel). Ex ministro de Economía y ex comisario europeo. Consejero de Enel (accionista de referencia de Endesa).Valero, Luis (Enagás). Ex secretario general de Industria. Consejero independiente a falta de confirmación por la Junta de Enagás.Verde, Juan (Abengoa). Asesor de Barack Obama. Consejero de Abengoa Bioenergy. |