La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), también llamada Alianza Atlántica o Pacto Atlántico, se creó en 1949 en plena Guerra Fría, para garantizar a los países de Europa Occidental la protección militar y, en particular, nuclear de los Estados Unidos, en caso de ataque armado. Naturalmente, el ataque solo podía provenir de la Unión Soviética y sus aliados. En realidad, la OTAN no es más que la asociación militar de países capitalistas alrededor de EEUU para el control y pillaje de sus grandes empresas, para la extracción de sus riquezas y explotación de su mano de obra.
Después de la caída de la URSS y los países del Este, los países imperialistas europeos más importantes de la UE se lanzaron por el control de las economías de estos países. En “comandita” con los oligarcas de la ex URSS, se repartieron sus empresas y el sistema productivo. Y para que el control económico fuera posible se necesitaba que la estructura política militar, la OTAN, controlara estos países. Entonces Polonia, Lituania, Chequia, Eslovaquia… fueron entrando en la asociación militar imperialista. Tanto Rusia como China quedaron fuera en la medida que son competidores en el mercado internacional de las grandes empresas norteamericanas y europeas.
Como organismo militar ha intervenido en todos los conflictos importantes desde el final de la URSS. Recordemos su intervención en la antigua Yugoslavia apoyando su desmembración y bombardeando ciudades, asesinando a miles de civiles. En Libia, Afganistán, Irak…, fueron las tropas de la OTAN, o con su apoyo directo y logístico, con EEUU a la cabeza, quienes destrozaron vidas, crearon estados fallidos, como Libia, Siria etc. y mantienen el orden capitalista internacional bajo su control.
La OTAN no es más que la organización militar del capitalismo actual, encabezado y dominado por EEUU, que permite mantener su orden político, económico y social. Sin embargo, como instrumento militar estar fuera de él no significa que el imperialismo desaparezca. Incluso sin esta organización los países capitalistas de primer o segundo rango han utilizado su fuerza militar para imponer sus intereses económicos y de sus clases dominantes. Tampoco habría que descartar la lucha entre países imperialistas por defender intereses de sus capitalistas en la competencia de éstos por los mercados y los beneficios. Recordemos que el imperialismo no es más que la imposición por la fuerza y la disuasión militar de los intereses de los grandes capitales.
Con la OTAN o sin la OTAN, mientras el capitalismo se mantenga y el imperialismo sea su fase decadente, las guerras de rapiña, el control de las riquezas mundiales, la producción y rutas comerciales estarán en manos de los oligopolios y monopolios mundiales del capital.