Saltar al contenido

La hipocresía de la banca: ríe y llora al mismo tiempo

Últimamente lloran mucho, los bancos, y aunque gran parte son lágrimas de cocodrilo no es menos cierto que desde hace tiempo se oyen voces de alerta por la quiebra de grandes bancos en Europa y también EEUU.

Los datos desmienten la crisis para los grandes bancos  en España: Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja- obtuvieron 20.850 millones en beneficios en 2022, lo que supone un 28% más que el año anterior, siendo el banco Santander el que más dinero ha ganado, seguido por BBVA; si hablamos del Sabadell, sus cifras son las mejores desde 2006. Aún así los banqueros siguen llorando y dicen que este beneficio récord no cubre costes porque sus rentabilidades son bajas. Debido a esta “baja rentabilidad” los banqueros han puesto el grito en el cielo por el impuesto decretado por el gobierno y eso que es de tan poca envergadura, que ni cosquillas.

En EEUU ya han quebrado tres bancos, siendo el First Republic Bank es último tras Silicon Valley Bank (SVB) y Signature. En total, 47.000 millones de dólares en activos bancarios se hicieron humo, pérdidas asumidas en parte por los accionistas y titulares de los bonos de estos bancos, pero también tuvo un costo para los fondos públicos, aproximadamente la tercera parte.

Mientras unos bancos colapsan, otros los absorben, y al final de todo, como siempre, la banca gana. Por ello, si al final pagamos todos porque son rescatados de una forma u otra con dinero público, habría que expropiar el sistema financiero y controlar públicamente y por los propios trabajadores su funcionamiento, su contabilidad y con total transparencia.

El aumento de las hipotecas en España estos últimos meses está sangrando a miles de hogares y asfixiando al trabajador. Mientras los bancos centrales sigan subiendo los intereses y el costo de créditos e hipotecas se disparen, seguirá aumentando el peligro de nuevos colapsos bancarios. Y los colapsos al final, como buenos prestidigitadores, acaban convertidos en deuda pública. ¡Pero si el dinero es público, también deben serlo los beneficios!