Dos trabajadores han muerto en la fábrica de piensos Render Grass, en Salteras (Sevilla). El primero, un nigeriano, realizaba labores de limpieza en una arqueta de aguas residuales y sufrió una intoxicación debido a los gases que emanaba, supuestamente dióxido de carbono, procedente de la descomposición de los restos de animales con los que trabaja la empresa. Un compañero, al ver lo sucedido, saltó a la arqueta para ayudarle, pero sufrió un desmayo por el mismo motivo. Poco después un tercer trabajador pudo iniciar las tareas de rescate.
La empresa Render Grass, tiene actualmente 70 empleados y crea unos 200 puestos indirectos; fabrica piensos y harinas cárnicas, además retira animales muertos procedentes del campo y ganaderías, los recicla y genera combustibles para la industria.
Pero se da la circunstancia que esta empresa lleva tres trabajadores muertos y uno amputado en menos de un año, aunque desde la dirección se asegura que cumple con toda la normativa legal en materia de seguridad laboral y prevención de riesgos. Tanto el Ayuntamiento de Salteras, como los sindicatos UGT y CCOO reclaman que se investiguen los hechos.
No es normal que en menos de un año se hayan producido tres muertes y un accidente grave en una empresa que dice tener a sus trabajadores informados y equipados adecuadamente para la realización de los trabajos.
En España, tan sólo en los tres primeros meses de 2016, los accidentes laborales han aumentado un 7%. Han ido en aumento desde el inicio de la crisis y sobre todo con las reformas laborales puestas en marcha por el PP. Las empresas miran más por sus beneficios que por la salud laboral de sus trabajadores. De nada sirve lamentarse si no se atacan las causas principales del problema: el control y secretismo que los empresarios imponen en los centros de trabajo. ¡De seguro que las cosas cambiarían y mucho si los trabajadores controlaran el funcionamiento de las empresas, y se eliminara el interés por los beneficios del patrón ganando en calidad y salud laboral!