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Japón: detrás de la historia oficial, la explotación capitalista

Veintitrés emplazamientos industriales que datan de la era Meiji (1868-1912) han sido elegidos por la Unesco porque encarnan “la primera transferencia industrial exitosa de Occidente hacia un país no occidental”. Estas fábricas, minas y astilleros  representan la industrialización tardía pero rápida de Japón,  tras la apertura impuesta  por los Estados Unidos y  anhelada por una parte de la burguesía japonesa.

Para generaciones de trabajadores, sin embargo, estas zonas testimonian sobre todo una explotación brutal. Así, a partir de 1890, Mitsubishi explotó una mina de carbón en la isla de Hashima, llamada “isla del acorazado” por el aspecto que daban a este lugar los diques y las torres de cemento. Hasta 5.260 trabajadores  y sus familias estaban hacinados en esta isla en alojamientos minúsculos. Los habitantes vivieron allí sin agua corriente hasta 1957.

Durante la segunda guerra mundial, trabajadores coreanos fueron deportados a la isla y 1.300  perdieron allí la vida. Gracias al auge económico de los años 1960, Mitsubishi mejoró un poco las condiciones de vida de los trabajadores… antes de cerrar la mina en 1974.

A pesar de los esfuerzos de los políticos y de los medios, la decisión de la Unesco no ha gustado a toda la población que vive en las cercanías de los enclaves elegidos. Solo veinte personas acudieron al  Ayuntamiento para festejar el acontecimiento.