Las 200 manifestaciones del 19 de enero fueron impresionantes por todas partes. La Huelga general exitosa. Se protesta en toda Francia contra la reforma de las pensiones anunciadas por el gobierno de Macron, que quiere obligar a los trabajadores a jubilarse a la edad de 64, tras 43 años cotizados. Con protestas y huelgas la población está denunciando este robo social que supone alargar la edad de jubilación y recortes en las pensiones públicas.
Sólo en París había 1,12 millones de manifestantes según la policía, dos millones según la CGT. Hay que remontarse a 1995, cuando Juppé tuvo que dar marcha atrás ante los trabajadores, para encontrar una movilización comparable. Incluso empresas medianas y pequeñas, han ido a la huelga.
¡Cómo no enojarse cuándo el gobierno aumenta el gasto militar en 100 mil millones más, en total, 412 mil millones! ¡Dejan a los trabajadores sin pensiones para pagar la guerra! ¡Cómo no enojarse cuando la gran patronal recibe 160 mil millones en ayudas públicas! Hay dinero para todo, pero no para salarios dignos y pensiones.
Los trabajadores no se resignan a esta situación y están haciendo ver a Macron que está muy equivocado. Lo que este teme es que el movimiento huelguístico continúe, se extienda y bloquee cada vez más la producción de ganancias. La clase trabajadora se ha echado a las calles y con ello demuestra que si los trabajadores se paran, se paran los beneficios.
Los sindicatos han convocado otro gran día de huelga para el 31 de enero. Ellos tienen el poder de marcar fechas, pero de cada trabajador depende que el día sea un éxito y un trampolín para que toda la clase trabajadora encuentre el camino de la lucha y la organización por los propios intereses y por la necesidad de cambiar la sociedad. ¡Contra la rapacidad e irresponsabilidad de la clase capitalista y sus sirvientes políticos, viva la lucha de los trabajadores, de aquí y de allí!
¡Una sola clase, una sola lucha!