Estamos preocupados ante la posibilidad de que las redes de fibra se tengan que compartir además de los contenidos televisivos. Más allá del problema empresarial en sí, lo que fastidia es que usan el mantra del empleo para tratar de llevarse el gato al agua, porque nos usan como rehenes, como moneda de cambio, como simple mercancía.
Y aunque sería un problema no seguir con el despliegue de fibra, no es menos cierto que aún hay miles de trabajos y tareas a desempeñar por todos los trabajadores de Telefónica. Tenemos millones de clientes de voz, datos, móvil y TV a los que hay que seguir dando cobertura y solucionando averías. ¡Basta de usar a los trabajadores como rehenes en lo que es un problema de intereses empresariales, un problema más del sistema capitalista, que explota a los trabajadores y ayuda, protege y beneficia a las grandes empresas y sus beneficios!