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El triunfo de Pedro Sánchez no es el triunfo de la clase obrera: ¡No nos representa!

La derrota de Susana Díaz en las primarias del PSOE, ha alegrado a todo un sector de izquierda que estaba deseando ver como se le bajaban los humos a la “cortijera”. El apoyo de todo el aparato socialista, desde Felipe González o Guerra a Bono no ha servido para derrotar a Pedro Sánchez después de su defenestración por el aparato.
Los medios de comunicación están presentando la victoria de Pedro Sánchez como un terremoto político dentro de las filas socialistas, dónde sus bases, su militancia, se han revuelto en contra de la política derechista de los barones, los líderes históricos del partido. Con los apoyos mayoritarios de los afiliados, Pedro Sánchez -“le revenant” como le ha apodado la Sexta-, da la imagen de izquierdista a sus bases. El propio Sánchez se ha dedicado a mostrar en los últimos tiempos esa imagen, con posiciones más de izquierdas. Incluso lo veíamos hace poco cantando la Internacional. Ver para creer.
El refrán dice que aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Pero aunque Pedro Sánchez llamó indecente a Rajoy, aunque su nuevo perfil de “socialista más a la izquierda” fuera cierto y no una simple postura o estrategia para recuperar el liderazgo dentro de su partido, la realidad es que Sánchez es un hombre del aparato del PSOE, aparato profundamente reformista, partido con un amplio historial de recortes y leyes que han golpeado a los trabajadores y que se ha situado siempre en el marco del capitalismo y no en el terreno de los trabajadores.
Sánchez se está presentando hoy como el líder anticorrupción, que se ha enfrentado incluso dentro de sus propias filas y que ha ganado el pulso frente a Felipe González y los pesos pesados del PSOE que fueron los que obligaron al partido a sostener a Rajoy en el gobierno y a no pactar con Podemos para intentar barrer al PP. Sin embargo él, siendo secretario general en ese momento, ni siquiera consultó a sus bases sobre la investidura de Rajoy, algo que achaca ahora a la gestora que tras su dimisión tomó las riendas del PSOE.
No hay que creer en los cantos de sirenas; con Pedro o sin Pedro el partido socialista seguirá siendo el partido que ha firmado reformas laborales, que ha promulgado multitud de leyes que han sido golpes para los trabajadores y que han supuesto retrocesos en sus condiciones de vida…y que lo seguirá haciendo pues es un partido comprometido con que el sistema capitalista perdure y que la población y los trabajadores paguen los efectos de la crisis capitalista, los robos de los bancos y los grandes beneficios empresariales. ¡Y esto no va a cambiar aunque nos presenten ahora una cara más amable! En definitiva, ahora tocará vendernos la moto de la unidad de la izquierda para echar a Rajoy. Y volver a ilusionar al electorado de izquierdas y trabajador diciendo que se pueden cambiar las cosas votando.
La denuncia del sistema capitalista y su Estado y su derrocamiento para construir una sociedad socialista es la única salida, salida que el PSOE abandonó hace muchas décadas. ¡No hay que olvidarlo!