El incendio del vertedero de neumáticos de Seseña, en Toledo, ha sido tremendo como era de prever ya que se trataba del vertedero más grande de Europa, con casi 120.000 metros cuadrados y 70.000 toneladas de neumáticos. El humo, de gran toxicidad, se veía a kilómetros de distancia.
El vertedero, de la empresa Disfilt en un principio y luego propiedad de dos agencias inmobiliarias, durante años ha sido objeto de numerosas críticas y protestas; esta actividad fue declarada ilegal por Europa en 2003 por su peligro medioambiental y en España en 2006. Aun así el vertedero creció y creció, mientras los políticos y responsables miraban para otro lado.
Los vecinos de Seseña han hecho manifestaciones y protestas para exigir información y responsabilidades al gobierno de Castilla-La Mancha, en manos del PP. Temen que, en adelante, todo el pueblo se convierta en un cementerio pues ya hay muchos vecinos planteándose marcharse del pueblo.
Desde 2002 los vecinos alertaban del peligro que suponía el vertedero. E incluso la policía local informó en 2007 de deficiencias en la parcela del vertedero pero aunque se personaron varias veces en el lugar, la empresa no les permitió el acceso. Sólo pudieron levantar acta de lo que veían desde fuera del recinto, rodeado de una valla: exceso de ruido, infracciones en señalizaciones y sobrepasar “ampliamente” la altura permitida en el almacenamiento de neumáticos.
No sabemos los daños ecológicos que este incendio va a provocar; ni las consecuencias para la salud de los que allí viven. Pero como no es de extrañar en este sistema capitalista, el propietario inicial del vertedero está huido y acumula más de 600.000 euros en multas por delitos medioambientales. ¡Bravo por los responsables políticos! ¡Se han lucido! ¡Peor, imposible!