Nuestro actual gerente nos prometió al principio de su mandato una mejora sustancial en la ropa de trabajo de toda la plantilla. Hasta ahora, dicha mejora a los conductores ha consistido en poner un anagrama en nuestra vestimenta y el cambio de color de los pantalones, que por cierto, nos confunden con los camareros del bar Hermanos Gómez.
A la vez podemos comprobar cómo el anorak y otros complementos de los jefes intermedios son mucho mejores y de mayor calidad y seguridad que el de los conductores. Los trabajadores somos los que aportamos más al mantenimiento de la empresa. ¿Por qué no tenemos los mismos privilegios que los jefes?