El gobierno del PP está gestionando la crisis en favor de los banqueros y grandes empresarios para que sus beneficios aumenten y sus deudas se paguen con dinero público, a costa de los bajos salarios, de un paro criminal, de la congelación salarial y de recortes en las pensiones y en los servicios públicos básicos, como la salud y la educación. Como ejemplo de esta política está los millones de dinero público y avales, que los gobiernos han regalado a la banca: 249.000 millones de euros han ido a los banqueros desde 2008.
Las mentiras de Rajoy y su gobierno, diciendo que empieza la recuperación, no pueden ocultar la realidad de sus ataques al pueblo trabajador en activo o en paro, jubilados o en general a las clases populares. Mientras tanto, se rescata a la banca, se despiden a millones de trabajadores y se desahucian a cientos de miles de familias. Ahora los pensionistas se encuentran con la disminución de sus pensiones, aunque la ministra Báñez se empeñe en decir que van a subir siempre. Este cinismo ya no se lo creen ni ellos; hablar de una subida del 0,25% en las pensiones, con una inflación del 1,5 o 2% es tomarnos por idiotas.
El periódico El País cifraba en más de 70.000 millones el dinero que “se ahorran” de los pensionistas en los próximos años, con un 2% de subida de precios. En realidad es un robo social a los más débiles para el negocio de un puñado de ricachones. Hoy millones de personas con sus pensiones están sosteniendo a sus familiares que están en paro. Ya hay más de 3 millones de trabajadores en paro que no cobran ningún subsidio.
El gobierno y sus capitalistas ganan el dinero del robo social a los trabajadores, de los recortes, etc. esto hace más desigual la sociedad. Esta crisis del sistema capitalista no se soluciona creando más desigualdad, explotando más a los trabajadores –ha bajado un 7% el salario medio-, disminuyendo los servicios públicos y despidiendo del trabajo a miles de personas. Lo que se está solucionando es la recuperación de los beneficios de la patronal y de la banca. Pero a su vez esta “recuperación” de los beneficios provoca más crisis y más desigualdad para los trabajadores. Pues mientras la mayoría de la sociedad, el pueblo trabajador, disminuya sus ingresos, el consumo y la producción se estancarán y la crisis para las clases populares se ampliará.
La respuesta de la comunidad educativa de Baleares es una muestra de las posibilidades de la movilización popular y de respuesta solidaria ante la injusticia de los recortes educativos. En general, en la población, el desánimo existe, pareciendo que todas las movilizaciones llevadas a cabo hasta ahora han sido inútiles. El miedo a quedarse en paro, a seguir sin empleo, a perder la pensión, tiene atenazado a millones de personas. Y tenemos que lograr que el miedo cambie de bando. Para eso hace falta que seamos muchas y muchos y tener claro que no hay salvadores. Sólo el pueblo trabajador salva al pueblo trabajador.
La huelga de Baleares muestra algunas cosas: que es mejor una huelga de un mes que 30 huelgas de un día; que nadie va a organizar a los trabajadores y trabajadoras si no nos organizamos nosotros mismos. Que hay que encontrar reivindicaciones que muestren la lógica criminal del sistema y unirnos en torno a ellas y que sin luchar para y por todos no se gana nada, sólo perderemos. El 24 de octubre tenemos la oportunidad de ir juntos por la defensa de la educación pública y hacer posible que sea el primer paso de una movilización permanente.