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Pacto de asilo y migración de la UE: Ataque contra todos los trabajadores

La Unión Europea finalizó estas navidades el Pacto de Asilo y Migración, que va a suponer una vuelta más de tuerca contra los inmigrantes pues aumenta las detenciones en las fronteras y entierra la solidaridad obligatoria entre Estados miembros. Muchas asociaciones humanitarias han puesto el grito en el cielo pues consideran que este pacto atenta contra los derechos humanos y la protección del refugio.

Con el Pacto, los inmigrantes verán endurecidos los controles de identificación e incluso los menores irán a centros de detención; aquellos que no reúnan las condiciones para el derecho de asilo serán expulsados con menores plazos.

Según Amnistía Internacional, “Este acuerdo será un retroceso en la legislación europea en materia de asilo durante las próximas décadas. Su resultado probable es un aumento del sufrimiento en cada paso del viaje hacia el asilo (…) Provocará que más personas sean detenidas de facto en las fronteras de la UE, incluidas familias con niños y personas en situación de vulnerabilidad. Se reducirán las salvaguardias para las personas que solicitan asilo en la UE, y más personas se canalizarán a través de procedimientos de asilo fronterizo deficientes, en lugar de recibir una evaluación justa y completa de sus solicitudes de asilo.

Con este pacto, a la solidaridad obligatoria entre Estados se le ha dado una patada, fijándose en 30.000 las personas que deben ser reubicadas cada año, pero el país que no quiere cumplir este precepto, puede pagar 20.000 euros. ¡Con dinero encima de la mesa, no hay que cumplir derechos humanos mínimos!

Desde el Consejo Europeo para los Refugiados y Exiliados (ECRE, por sus siglas en inglés) lamentan: “Mientras los populistas llaman a este día un día histórico para la migración y el asilo en la UE, las personas con conciencia notan las terribles consecuencias del pacto migratorio, que acelerará las deportaciones, ampliará el concepto de país seguro y verá la solidaridad en la construcción de vallas y muros”.

Así, el ejército marroquí recién comenzado el año ha interceptado a 1100 inmigrantes que iban a cruzar a España, cerca de Ceuta y Melilla. Ha habido 4 muertos. Pocos días antes, el 29 de diciembre, también la marina marroquí, “rescató” a 91 emigrantes, todos de origen subsahariano, cuando viajaban en el Atlántico a bordo de un cayuco con la intención de llegar a las islas Canarias. Marruecos está haciendo desde hace mucho tiempo el papel de gendarme de Europa, papel por el cual está recibiendo ayudas millonarias, entre ellas las que recibe directamente de España. Pero “el gobierno de progreso” se tapa la nariz -porque le conviene el papel de gendarme y las intensas relaciones comerciales con el país vecino- ante las innumerables voces que denuncian que Marruecos vive en realidad bajo la dictadura de Mohamed VI.

Sin embargo, atacar a estos inmigrantes, es atacar a todos los trabajadores; devolverlos a sus países de origen es condenarlos a penurias, hambres, guerras y multitud de abusos, razones de peso por las cuales ellos han arriesgado sus vidas y detrás de las cuales están las responsabilidades de los países europeos, incluida España. Quitar derechos a unos trabajadores, nunca ha otorgado derechos a otros; negarles hasta asistencia sanitaria no hará que en España haya más camas hospitalarias o se reduzcan las listas de espera. Todo lo contrario.

Los ataques a la clase obrera siempre han empezado por la parte más débil, los trabajadores inmigrantes, luego vienen los precarios, y luego se ataca a los demás trabajadores que viendo el panorama a su alrededor bajan la cabeza y se conforman. Por eso es importante no dejarse confundir, pensar fríamente las cosas y analizar las noticias que vierten los grandes medios de comunicación con un pensamiento crítico.

¡Divide y vencerás es algo muy antiguo, pero muy utilizado! ¡Nativa o extranjera, la misma clase obrera!

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