Los comerciales en general vemos como es casi una quimera poder vender un producto y servicio; sólo sentimos el aliento en el cogote de nuestros coordinadores y jefes presionándonos para vender, vender y vender; pero ¿cómo? … si no hay nadie que compre, compre, compre. Demasiado, tal y como están las cosas, que los clientes no se vayan a otra compañía; para ello no dejamos de buscarles ofertas y mejoras en los precios. Pero vender no se vende. Tenemos una presión impresionante con los resultados, ¿será tal vez porque alguno no va a cobrar sus incentivos?, ¿será porque alguno pretende hacer carrera pisando a otros? Sea por lo que sea, no se puede pretender convertir las piedras en oro y ahora toca no machacar a los compañeros, sino ser compañero.