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Manifestación por la jubilación a los 60 años y los límites del sindicalismo

El pasado día 23 de septiembre de 2023 se realizó una manifestación en Madrid convocada por el sindicato CGT a nivel estatal, donde se reivindicaba la aplicación de los coeficientes reductores en la edad de jubilación de profesiones de riesgo para la salud. Bomberos forestales, del sector del amianto, petroquímico, centrales térmicas, del metal, conductores del transporte de mercancías y personas, profesionales del mar, de ayuda a la dependencia, etc., participaron en la manifestación que empezaba en la plaza de la Cibeles con terminación en las puertas del congreso de diputados. Una manifestación a la que acudió poca gente pese a su justa reivindicación, y que necesita de la implicación aún más necesaria de los trabajadores y trabajadoras.

La aplicación de los coeficientes reductores para rebajar la edad de jubilación, es un derecho que según la organización convocante, se consiguió plasmar en el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2011, mediante el Real Decreto 1698/2011 de 18 de noviembre que regula el régimen jurídico, y el procedimiento general para establecer los coeficientes y anticipar la edad de jubilación en el sistema de la seguridad social. Este decreto abarca a los sectores del mundo del trabajo que tengan unos elevados índices de penosidad, insalubridad, mortalidad o toxicidad.

La jubilación anticipada y en general la lucha por una jubilación digna para toda nuestra clase es uno más de los problemas actuales de la clase obrera como son la precarización en los puestos de trabajo, la perdida de derechos laborales, la pérdida de poder adquisitivo, etc., es decir la explotación social del capitalismo que lejos de solucionarse, sigue aumentando cada día más. La respuesta, hasta ahora, a estos ataques en lo general, dan pocos o nulos resultados, las diferencias entre las direcciones de las distintas organizaciones sindicales, su afán de protagonismo y sobre todo la perdida de visión de la raíz del problema (que no es otro que el sistema capitalista), crean pesimismo y un ambiente de derrota en los propios trabajadores/as. Si a todo esto le sumamos la falta de un partido político de izquierda trabajadora que defienda realmente los intereses de la clase obrera, tenemos todos los condicionantes perfectos para el ascenso de partidos de extrema derecha, con políticas reaccionarias que harán retroceder, aun más, las condiciones de vida del pueblo trabajador.

En esta situación tenemos que aprender de nuestros errores. La movilización de la clase trabajadora debe sustentarse en la movilización generalizada basada en las asambleas decisorias y representantes elegidos y revocables en ellas. Por ello una campaña en pos de una jubilación digna y anticipada tiene que realizarse con la fuerza que da la unidad porque la clase trabajadora es la mayoría. Conseguir esto significa realizar una labor paciente de difusión de la situación precaria en que nos encontramos y de realización de reuniones y asambleas en las empresas. Si no le damos el protagonismo a los trabajadores ninguna convocatoria tendrá resultados positivos.

Esto no quiere decir que los sindicatos de clase combativos no sean necesarios o de que no haya que apoyar todas estas luchas, al contrario, la labor para la que en su día fueron creados no es otra que la de servir como medio de organización de lucha en los centros de trabajo, posibilitando que los trabajadores/as, a través de asambleas, se organicen y decidan democráticamente que acciones tienen que tomar para defender sus derechos. Solo la movilización constante de la clase obrera es la que es capaz de obtener resultados, y de nada vale plasmar en un papel una ley, un Real decreto o como quieran llamarlo, cuando siempre existirá la posibilidad de ningunearlo o derogarlo de un plumazo por los que tienen el poder.

No es lógico que haya jóvenes desempleados o con trabajos precarios y que la edad de jubilación en vez de disminuir, aumente. Las explicaciones que dan los políticos, economistas liberales o simples tertulianos pagados por el capital en los medios de información son simplemente falacias. Solo hay que comprobar los datos económicos que ofrecen las propias empresas u organizaciones afines, para darse cuenta que los niveles de producción y riqueza aumentan exponencialmente y solo beneficia a esa clase capitalista. Riqueza o plusvalía que solo los trabajadores/as con su mano de obra pueden crear.

La pregunta sería… ¿Si la clase trabajadora es la que crea la riqueza, para que sirve la clase capitalista?, esta contradicción es la que tratan de enmascarar todos los días las clases dirigentes, de una manera o de otra, a través de medios de información, discursos políticos, etc., haciendo creer al pueblo trabajador que solo ellos son capaces de organizar y dirigir al resto de la sociedad.

Si los trabajadores/as somos conscientes del papel que desarrollamos en la sociedad y la importancia que tenemos en ella habremos dado un gran paso, porque solo la unidad y la lucha solidaria es la que nos puede ayudar a avanzar hacia el objetivo final, que no es otro que la destrucción del sistema capitalista y la creación de uno nuevo donde la explotación del hombre por el hombre no exista.

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