Nos encantan «las ideas brillantes»: se cambia algo que funcionaba, algo que marchaba bien, los trabajadores estaban contentos, los grupos funcionaban y de repente llega alguien y lo cambia todo, ¿para qué?
Las cosas que funcionan no se tocan, lo demás es cabrear al personal y crear problemas donde no los hay. En definitiva, es crear mal clima laboral.
Luego querrán una buena encuesta de clima laboral y se sorprenderán de los resultados. ¡Quien siembra vientos, recoge tempestades!