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Los tres 8: 8 horas de trabajo; 8 de descanso; 8 de cultura y ocio

La lucha por una jornada laboral de 8 horas fue encarnizada. Desde sus comienzos la explotación capitalista hacía que la patronal te hiciera trabajar jornadas extenuantes. Si hoy “legalmente” trabajamos 8 horas es debido a la movilización y lucha de las internacionales obreras y sus organizaciones.

Sin embargo en esta lucha hay dos aspectos importantes a resaltar. El primero de ellos es que se concebía la vida como una relación social igualitaria donde la 24 horas del día se dividían en tres partes desde el punto de vista humano. La clase obrera concebía la sociedad como el medio en el cual la ciencia, la cultura, el trabajo y el descanso se desarrollaban. Mientras que en el capitalismo solo existía el beneficio y el dinero, el trabajo embrutecedor y la desigualdad.

El otro aspecto importante está relacionado con el paro. El primer gran enemigo del trabajador es el desempleo provocado por las crisis económicas y la patronal. Contra el paro se luchaba por las 8 horas. De esta manera se repartía el empleo manteniendo los salarios.

Hoy 128 años después tenemos el mismo problema de paro, despidos y bajos salarios y tendremos que resolverlo de la misma manera. El reparto del trabajo manteniendo los salarios disminuirá los horarios laborales en la medida en que dividamos entre todos los trabajadores la producción que existe. Sería aproximadamente 30 horas a la semana si trabajáramos todas las mujeres y hombres en edad de trabajar.

En 1882, la AFL aprobó una declaración que decía: “Como representantes de los trabajadores organizados, declaramos que la jornada de trabajo de ocho horas permitirá dar más trabajo por salarios aumentados. Declaramos que permitirá la posesión y el goce de más bienes por aquellos que los crean. Esta ley aligerará el problema social, dando trabajo a los desocupados. Disminuirá el poder del rico sobre el pobre, no porque el rico se empobrezca, sino porque el pobre se enriquecerá. Creará las condiciones necesarias para la educación y mejoramiento intelectual de las masas. Disminuirá el crimen y el alcoholismo… Aumentará las necesidades, alentará la ambición y disminuirá la negligencia de los obreros. Estimulará la producción y aumentará el consumo de bienes por las masas. Hará necesario el empleo cada vez mayor de máquinas para economizar la fuerza de trabajo… Disminuirá la pobreza y aumentará el bienestar de todos los asalariados”.