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Los protocolos de la vergüenza en Madrid

La querella contra Ayuso y algunos miembros de su equipo gubernamental por los “protocolos de la vergüenza” es -según ella- una táctica de Pedro Sánchez para atacarla. Ayuso no quiere reconocer que hay familias organizadas en asociaciones de afectados, que han perdido a familiares por no trasladarlos a hospitales y dejarlos abandonados en las residencias dónde vivían, sin medicalizar, que exigen justicia y que se conozca la realidad. Únicamente fueron trasladados aquellos ancianos que poseían un seguro privado; los demás murieron abandonados.

Ayuso ha llegado a declarar que los mismos protocolos se aplicaron en otras Comunidades Autónomas, y que allí no han causado vergüenza ninguna e incluso que se gestionó peor la pandemia y que “iban a morir igual”. Miente y lo sabe: en toda España los mayores que fueron traslados a hospitales se salvaron en un 60%. La pandemia causó más muertos en Madrid que en ninguna otra comunidad autónoma, aun con mayor población. Miente y niega que desde su gobierno se dieran órdenes de abandono y al igual que Mazón hace con las víctimas de la DANA ni siquiera recibe a los familiares que exigen una explicación, justicia y reparación.

Todas estas declaraciones son una huida hacia delante. Hay una nueva imputación de tres altos cargos de su gobierno, los responsables de los protocolos que aplicó la comunidad de Madrid y un responsable de ambulancias, en una segunda causa judicial por el abandono de los ancianos en las residencias madrileñas, imputados por delito de discriminación en la atención sanitaria durante la primera ola de la pandemia. Recordemos que 7.291 personas murieron sin recibir atención durante marzo y abril de 2020. Ayuso ni siquiera reconoce esta cifra, y nadie ha sido reconocido como víctima oficialmente por la Comunidad de Madrid

Como recuerdan los familiares afectados por los protocolos de la vergüenza hay mucho paralelismo entre lo ocurrido en Madrid y en Valencia, con la DANA. Por ello mismo la clase trabajadora, la que tiene a sus mayores en residencias, no debe permitir en ningún lugar que las decisiones de estos políticos corruptos y sus servidores, que se llenan los bolsillos y viven en áticos de lujo, arrebaten la vida a sus seres queridos negándoles siquiera un poco de oxígeno; que sean abandonados tras una vida aportando a la sociedad su trabajo y creando riquezas, que otros se apropian, mientras a ellos ni siquiera se les da una posibilidad de morir más dignamente o simplemente vivir.

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