El 29 de mayo se convocó una huelga general en el País valenciano; la convocatoria fue realizada por las centrales sindicales, Intersindical, CNT, CGT y COS, y 200 entidades cívicas y sociales. Sin embargo, CCOO y UGT no apoyaron la convocatoria. Esta huelga y las manifestaciones que tuvieron lugar fueron multitudinarias a pesar de la escasa cobertura de los medios.
Como sabemos, muchas víctimas murieron en su puesto de trabajo o al ir o venir a trabajar. Las imágenes de un repartidor de Mercadona que tuvo que ser rescatado cuando su furgoneta se quedó bloqueada en un paso de un barranco fueron impactantes. Tremendo también el testimonio de una trabajadora del Centro Comercial Bonaire que declaró: “…Los que nos han tenido aquí trabajando, sin cerrar, han sido nuestros supervisores. No nos han dejado irnos. No puede ser. Han jugado con nuestras vidas”.
El manifiesto unitario de la huelga general exige responsabilidades penales para los cargos políticos, pero también para todos los que no garantizaron la seguridad de sus trabajadores. Se exige también la “creación de un permiso retribuido sin límite de días para situaciones de alerta meteorológica o riesgo de inundaciones”. Además de “que las personas afectadas por los ERTE de la DANA cobren el 100% del salario”; “la reducción de la jornada laboral a 32 horas o 4 días”; “la recuperación del poder adquisitivo de los salarios”; “reconocimiento de incapacidad permanente absoluta con prestación vitalicia para las personas trabajadoras que la pidan y que hayan perdido a un familiar por la DANA”; o “que se reviertan las privatizaciones, se refuercen los servicios públicos y se mejoren las condiciones laborales del personal del sector público”.
Como vemos las reivindicaciones son comunes a toda la clase trabajadora del Estado y como tal es necesario seguir este ejemplo. Presionar a la patronal y luchar por nuestras reivindicaciones es algo fundamental para poder vivir dignamente.
¡Que viva la lucha de la clase obrera!