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La revolución, el único camino de salvación para los judíos (Leon Trotsky, 1940)

Los defensores incondicionales del Estado de Israel afirman que este Estado es el último recurso de los judíos. Sin embargo, tres cuartos de siglo después de su fundación, el Estado de Israel no ha disminuido el antisemitismo en el mundo, donde la crisis social puede hacerlo renacer de manera virulenta en cualquier momento.

La política permanente de expolio de los palestinos, el apoyo inquebrantable de los líderes israelíes a todas las guerras del imperialismo, han suscitado un creciente odio a Israel, que puede convertirse en una explosión de odio contra los judíos entre las poblaciones oprimidas de la región y entre aquellas que se sienten solidarias con los palestinos.
En consecuencia los gobiernos israelíes y sus partidarios hacen que la seguridad de los judíos, en Oriente Medio y en otros lugares, dependa del apoyo político y militar a Israel por parte de los estados imperialistas. Esto era lo que proponían los militantes sionistas en la década de 1930, cuando la ola de antisemitismo arreciaba en Europa.

Los sionistas solo vieron la salida de confiar en la buena voluntad de Gran Bretaña y en la acogida de los judíos en Palestina bajo mandato británico. Esto es lo que dijo León Trotsky el 22 de diciembre de 1938:

“El número de países que expulsan a los judíos sigue creciendo. El número de países capaces de acogerlos está disminuyendo. Al mismo tiempo, la lucha solo se está exacerbando.

Es posible imaginar sin dificultad lo que espera a los judíos desde el comienzo de la futura guerra mundial. Pero, incluso sin guerra, el próximo desarrollo de la reacción mundial significa casi con certeza el exterminio físico de los judíos.

Palestina resultó ser un trágico espejismo (…). Ahora más que nunca, el destino del pueblo judío, no solo su destino político, sino su destino físico, está indisolublemente ligado a la lucha emancipadora del proletariado internacional.

Solo una valiente movilización de los trabajadores contra la reacción, la constitución de milicias obreras, la resistencia física directa a las bandas fascistas (…) pueden (…) detener la ola mundial de fascismo y abrir un nuevo capítulo en la historia de la humanidad .”

Añadió en 1940: “El intento de resolver la cuestión judía mediante la emigración de los judíos a Palestina ahora puede considerarse como lo que es, una parodia trágica para el pueblo judío. (…)

La evolución futura de las situaciones militares podría convertir a Palestina en una trampa sangrienta para varios cientos de miles de judíos. Nunca ha sido tan claro como hoy que la salvación del pueblo judío es inseparable del derrocamiento del sistema capitalista.”

El exterminio de los judíos de Europa confirmó trágicamente la primera observación del líder revolucionario. La situación actual pone la segunda en el orden del día. P. G.

Traducido de Lutte ouvrière nº 2883, 01/11/2023

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