En la mayoría de las empresas del parque aeronáutico se trabajan miles de horas extras al año. Mientras millones de trabajadores sufren pobreza por falta de un empleo, las empresas (como casi todas en Aerópolis) obligan a trabajar horas extras como horario habitual. Si no lo evitamos antes, la jornada de ocho horas, pasará a la historia.
Mantener a millones de parados es práctica habitual de la patronal, de esta forma nos tienen «acojonados» a los que trabajamos y disponen de mano de obra barata y dispuesta a todo en cualquier momento.
Fomentar la división entre los compañeros es otra de las consecuencias de trabajar tantas horas extras. El patrón suele «beneficiar» a algunos (siempre a los mismos) y de esta forma consigue tener a parte de la plantilla de su lado.
Hay que pedir mejores sueldos y no contentarnos con las horas extras. Pero si hay que trabajar algunas por necesidades de la producción, ¿por qué no se reparten entre todos elaborando bolsas de horas?