Trump y Netanyahu presentan un plan de paz sin contar con los palestinos, que dice comprometerse con una tregua inmediata y abrir el camino para la creación de un estado palestino; estado que ya existe y ha sido reconocido por 157 países. Como no puede ser de otra manera, los palestinos hablan de “farsa”. No, pero no es ninguna farsa, sino imperialismo puro y duro.
A finales de septiembre Trump y Netanyahu presentaron un «Plan de Paz» para Gaza, redactado desde EEUU, que Netanyahu, perro fiel a su amo, ha avalado. Sin respaldo de ninguna entidad o representación palestina, el acuerdo contempla un gobierno de transición sin Hamás que estaría supervisado por una comisión para la futura «creación de un Estado palestino»; sin embargo Netayanhu, más tarde en comparecencia individual, ha apuntillado que no contempla el reconocimiento del estado palestino.
El plan recoge un alto el fuego inmediato y la liberación de rehenes y prisioneros; de esta forma Hamás tendría que liberar a todos los rehenes vivos y fallecidos en un plazo de 72 horas y a cambio Israel liberaría a los 250 palestinos condenados a cadena perpetua y a 1700 prisioneros gazatíes detenidos desde octubre de 2023.
Igualmente el plan aboga por el desarme y desmilitarización de Gaza, con la destrucción de infraestructuras terroristas con la verificación de monitores independientes. ¡Hay que temer qué considerarían “terroristas”; el uso del término no es neutro y bajo este paraguas se han atacado instalaciones, túneles, edificios civiles, que se han considerado vinculados al aparato militar o políticos de Hamás y del mismo modo escuelas, hospitales, mezquitas, viviendas… En definitiva, ¡lo que les ha parecido!
El “plan de paz” indica que Gaza estaría bajo una administración provisional liderada por un comité técnico supervisado por un organismo internacional “Board of Peace”, presidido por el mismo Trump y con la participación de Tony Blair; esta última elección ha levantado ampollas en ciertos medios habida cuenta de la participación de Blair en la guerra de Irak. Algo que ya se sabía también, el plan considera la reconstrucción, rehabilitación y desarrollo económico a gran escala, incluyendo una zona económica especial, para revitalizar la región. Ni que decir tiene que Trump tendría la última palabra en cuánto a la reconstrucción económica. ¿Estará ya pensando en su resort de lujo? ¿En el tan añorado Premio Nobel de la Paz, al cual se cree merecedor porque está convencido de ser una figura providencial que llevará la “paz eterna” a Oriente Medio?
Como no son tan tontos, aunque Trump lo parezca en numerosas ocasiones, se contempla asimismo una amnistía para aquellos miembros de Hamás que opten por desarmarse y comprometerse con la paz y que en el llamado gobierno de transición haya también representantes palestinos. Asegura Trump que ningún gazatí tendrá que abandonar su tierra. Sin embargo, hacer tal declaración cuando se está cometiendo un genocidio contra el pueblo palestino es una cruel burla.
Este es resumidamente el plan presentado por el binomio espeluznante de Trump y su socio Netanhayu; de ser rechazado por las fuerzas de Hamás, -a las que se conmina a contestar en cuestión de días- las tropas americanas se sumarán a las israelíes para destruir lo poco que queda, en clara amenaza de que aceptan o intensifican el genocidio. Netanyahu, no discrepó y escenificó el acuerdo, puntualizando -eso sí- que si …«Hamás rechaza su plan, señor presidente, o si supuestamente lo acepta y luego básicamente hace todo lo posible para contrarrestarlo, entonces Israel terminará el trabajo por sí mismo». Más que un plan de paz es un ultimátum de continuar la guerra y el genocidio de forma acelerada, de inmediato si Hamás rechaza el plan o más tarde, cuándo decidan. Este llamado plan de paz, que en absoluto lo es, es visto en ciertos medios y países como lo menos malo, pues acabaría con el asesinato impune de tantos palestinos. Sin embargo, el plan es fruto de las fuerzas imperialistas, instauraría una paz imperialista con el pueblo palestino sometido y derribado: Gaza y Cisjordania serían entonces gobernadas por quienes elijan los Estados Unidos. Esta paz, de darse, solo llevaría en su vientre nuevas y más cruentas guerras pues ninguna paz duradera y veraz puede construirse oprimiendo a todo un pueblo.