En el día oficial de la hispanidad los poderes del estado celebran la llegada de Colón a América como un hecho extraordinario para nuestra patria. En realidad Colón no sabía que había llegado a un nuevo continente y solo inauguraba una ruta comercial y esclavista para beneficio de las clases dominantes de la época: la burguesía comercial, la nobleza terrateniente y las monarquías de la época. El “descubridor” ya había acordado en las capitulaciones de Santa Fe con la monarquía hispánica de la época la explotación de las riquezas encontradas, el comercio de esclavos y el poder político sobre las tierras “descubiertas”.
En la práctica, la llegada a América fue el primer paso de lo que después se llamaría la primera gran globalización o mundialización de la economía capitalista y el comienzo del desarrollo capitalista con la colonización americana. La gran acumulación de capital que supuso la llegada de los europeos al nuevo continente significó la explotación de millones de personas, de los pueblos originarios y la esclavización de millones de africanos. Y si es verdad que España no fue la única potencia de la época, es junto a las potencias europeas, que inauguró la gran colonización y explotación de riquezas y seres humanos a costa del sufrimiento de millones de ellos. No caben justificaciones diciendo que otros, ingleses o franceses etc., fueron peores, como el padre De Las Casas escribió y el padre Montesinos denunció; entre otros, la nobleza española, la monarquía y las burguesías del continente europeo son cómplices de una de las mayores ignominias humanas realizadas en la edad moderna: el exterminio de millones de personas, la trata de esclavos y la explotación del trabajo generalizada. De hecho y como botón de muestra está la desaparición del pueblo originario de Cuba y la esclavización de millones de africanos para el trabajo agrícola.
El capitalismo viene al mundo chorreando sangre, como explicó Marx y las clases dominantes españolas son agentes de esa explotación y enriquecimiento de la burguesía europea. Los jornaleros españoles, los campesinos pobres de la península, las clases populares solo tuvieron trabajo, explotados por los terratenientes, nobles y burgueses, aquí y allí. Solo tuvieron la posibilidad de emigrar para huir de la pobreza y el hambre a que estaban sometidos en la España de la época con su monarquía opresora, la iglesia represora y los terratenientes. Quienes sí ganaron en riquezas, y poder fueron las clases dominantes españolas, la monarquía, la iglesia y todos los parásitos a su servicio. Y desgraciadamente hoy siguen explotando a la clase trabajadora española y del mundo para mantener un sistema capitalista en permanente crisis y guerras imperialistas.