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Acabar con el capitalismo para acabar con la corrupción

Los casos de corrupción están a la orden del día. El capitalismo fomenta estas prácticas entre quienes tienen el dinero y ostentan el poder: la burguesía y sus políticos. Las grandes empresas subordinan el funcionamiento de la economía y la sociedad a sus propios intereses, apareciendo en prensa casos de corrupción casi a diario.

A los casos destapados del PP le siguen los del PSOE. Y si no hay más imputados, condenados es por un sistema judicial que actúa en cada caso en función de los intereses políticos del momento… Pero mañana otro caso saltará. Hoy son los casos del hermano de Ayuso y el de la mujer de Sánchez, dos culebrones que van para largo y cuyo único fin es el desgaste político mediante la judicialización de los conflictos políticos.

También lo ocurrido con la Dana, recortando recursos públicos que se han traducido en tragedia. El desastre en la gestión de la Dana por parte de quienes tenían la responsabilidad de actuar propició más de 200 muertes. ¿Por qué no se avisó a tiempo? ¿Por qué no se actuó para socorrer a la población desde el primer momento? ¿Qué soluciones han propuesto para evitar que la historia se repita? No sorprende que, viniendo de ellos, la sesión de control del Gobierno solo haya servido para ofrecer un espectáculo de reproches.

Lo peor es que la sesión la han utilizado para ocultar a la población que la reconstrucción obedece a sus intereses mercantiles, sus negocios con la patronal, con empresarios ya imputados por corrupción. A pesar del desastre y de las muertes, anteponen sus propios intereses y sus beneficios.

Acabar con la corrupción sin acabar con el capitalismo que la insufla no es posible. Esa tarea hay empezar a realizarla sin demora. Si, hay que apartar a los políticos corruptos y enjuiciarlos, pero si no acabamos con la raíz del problema, todo seguirá igual. Es la población trabajadora la que puede y debe organizarse, como ya ha demostrado otras veces, tomando en sus manos los medios de producción para planificar la economía en torno a las necesidades del conjunto de la sociedad.