Primero fue Los Ángeles. Luego fue Washington D. C. Ahora Trump parece tener la mirada puesta en Chicago y amenaza con enviar tropas de la Guardia Nacional allí.
En el caso de Los Ángeles y Washington D. C., al menos había pretextos. Eran pretextos falsos, pero pretextos al fin y al cabo. En Los Ángeles, Trump respondió a lo que él denominó «disturbios violentos», que en realidad eran protestas contra las redadas del ICE(1) en las comunidades de Los Ángeles. Envió tropas de la Guardia Nacional con el pretexto de proteger a los agentes del ICE y vigilar los edificios federales de la ciudad.
En Washington D. C., fue más directo, ya que el Gobierno federal tiene el control total de la ciudad, aunque esta tenga un alcalde electo y una fuerza policial independiente. La ley que otorga a D.C. «autonomía» sigue permitiendo al presidente tomar el control en caso de emergencia. Pues bien, Trump declaró una emergencia, tomó el control de la fuerza policial y envió tropas de la Guardia Nacional, todo ello supuestamente para controlar la delincuencia, a pesar de que la delincuencia en D.C. ya se encontraba en su nivel más bajo en 30 años. ¿Chicago? No tanto.
Trump parece estar esgrimiendo todas las razones que se le ocurren, desde la delincuencia (que también ha disminuido significativamente en Chicago) hasta las medidas contra la inmigración. Amenaza con enviar tropas de la Guardia Nacional a pesar de que no existe ninguna amenaza para la propiedad federal, con el pretexto de que son necesarias para controlar la delincuencia, lo que debería ser una medida claramente ilegal, ya que el gobernador y el alcalde han dicho rotundamente que no quieren tropas allí.
Pero tal vez Trump esté planeando crear ese pretexto con el ICE. La Casa Blanca ha solicitado que la Estación Naval de Great Lakes, a solo 30 millas al norte de Chicago, abra espacio para los agentes del ICE y brinde «apoyo limitado en forma de instalaciones, infraestructura y otras necesidades logísticas para respaldar las operaciones del DHS(2)». Se ha informado de que hasta 200 agentes de Seguridad Nacional podrían dirigirse allí. Así que, claramente, el plan es trasladar al ICE a Chicago, como hicieron en Los Ángeles. Si encuentran resistencia, como en Los Ángeles, Trump lo utilizará como pretexto para enviar tropas de la Guardia Nacional. La administración de Trump no ha ocultado quién es su verdadero objetivo en todos estos despliegues y amenazas. Dicen que su objetivo son las «ciudades santuario», gobernadas por demócratas, que ofrecen cierta protección a los residentes inmigrantes.
En última instancia, y sobre todo, su objetivo son los trabajadores inmigrantes. Ese fue el principal objetivo de las redadas del ICE y los despliegues de la Guardia Nacional en Los Ángeles. Ese ha sido el principal resultado de todos esos despliegues de la Guardia Nacional en Washington D. C.: no reducir la delincuencia, sino detener y deportar a los inmigrantes de la ciudad. En Chicago ocurrirá lo mismo. Trump, y la clase dominante que lo respalda, están apuntando a los trabajadores inmigrantes como una forma de dividir y derrotar a la clase trabajadora.
¿Y a qué trabajadores están apuntando? Los compinches de Trump hacen mucho ruido sobre perseguir a «lo peor de lo peor», asesinos, violadores y asesinos de niños. Pero esos no son en absoluto a quienes han detenido, ni en Los Ángeles, ni en Washington D. C., ni en ningún otro lugar. Han estado deteniendo a miembros trabajadores de sus comunidades. Llevan años, incluso décadas, integrados en sus comunidades. Pagan impuestos. Pagan impuestos de la Seguridad Social de los que quizá nunca se beneficien. Acuden cada día a su trabajo y se confía en ellos para que lo hagan. Como cualquier otro miembro de la clase trabajadora.
ESOS son a quienes persigue Trump, y esos son a quienes esta administración quiere hacernos creer que son nuestros enemigos. Si algún trabajador, en Chicago o en cualquier otro lugar del país, acepta eso, si se deja arrastrar contra los trabajadores inmigrantes, otra parte de SU clase, solo se perjudicará a sí mismo.
Como dijo Abraham Lincoln: «Una casa dividida contra sí misma no puede permanecer en pie».
Trump y las empresas que lo respaldan conocen muy bien el poder que puede ejercer una clase trabajadora unida. Temen ese poder. Y están haciendo todo lo posible por destruirlo incluso antes de que se manifieste. Por eso están trabajando tan duro para envenenar este pozo, para dividir a la clase trabajadora. Pero con una fuerza unificada, luchando por TODAS las partes de la clase trabajadora, esta puede defenderse de estos ataques e incluso ganar un futuro mucho más brillante para todos.
(1) Servicio de Inmigración y Aduanas
(2) Departamento de Seguridad Nacional
Traducido de thesparks.net. 1 de septiembre de 2025