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Tres Barrios: desempleo, marginalidad, exclusión social

En estos días se ha movilizado el barrio de Sevilla que tiene el dudoso honor de ser el barrio más pobre de España y uno de los más pobres de Europa.

En estos barrios conocidos como Tres Barrios-Amate,  la “crisis” económica que padecemos ha ido empeorando cada vez más sus ya escasísimos recursos. Éste es ejemplo de esos barrios obreros en el que el  desempleo y la falta de oportunidades impide a muchas familias llevar una vida digna; sigue teniendo una de las oficinas de empleo con más parados inscritos de toda Andalucía; una gran mayoría de vecinos tienen dificultades para cubrir sus necesidades de alimentación, ropa, luz y agua;  las viviendas están cada vez más deterioradas; no hay ayudas para rehabilitación y la reconstrucción de las viviendas municipales se eterniza; las dificultades cotidianas ocasionan cada vez más problemas de convivencia y la situación se ha deteriorado tanto que -según las estadísticas oficiales- se ha convertido en el barrio con menos renta de todas las ciudades españolas.

Ante un panorama como este, sus habitantes hacen hincapié en que sean los Servicios Sociales Comunitarios los que palien aunque sea mínimamente tales carencias: creen que ellos deben garantizar los suministros básicos, las ayudas para alimentación, higiene y salubridad de las viviendas, la atención a menores en riesgo o mayores dependientes y el acceso a recursos complementarios educativos, sanitarios y sociales. Pero, “por desgracia”, existe un grave déficit en el funcionamiento del Centro de Servicios Sociales Tres Barrios: antes habían colas nocturnas para pedir cita con “la asistenta” desde las 4 de la mañana, ahora se han transformado en citas con demoras de hasta 3 ó 4 meses, ya que la plantilla estable de este servicio municipal es de sólo 5 trabajadores durante todo el año y el resto son eventuales que dependen de convenios temporales con la Junta; por eso los servicios sociales -claramente insuficientes para la gran demanda que soportan- quedan paralizados durante varios meses cada año y son incapaces de dar una atención digna a las personas que la solicitan.

Los vecinos denuncian que han dejado a sus barriadas en la más absoluta exclusión y obligan a los vecinos a acudir a entidades benéficas y O.N.G. que no pueden sustituir a los servicios públicos profesionales.

Todo esto se enmarca en el abandono y la irresponsabilidad de las Administraciones estatal, autonómica y municipal, que ha sido una constante independientemente del color del partido gobernante, ya que desde hace 14 años se lleva pidiendo la implantación de un PLAN INTEGRAL que establezca las medidas y estrategias necesarias para que estos barrios dejen de ser un espacio de exclusión y marginalidad.

Esto es el resultado de una política general y concretamente municipal en la que los servicios municipales presentan, como norma aplicada, un gran déficit en sus plantillas respectivas.

Desde el Ayuntamiento de Sevilla creen que eliminando la vergonzosa foto de las colas de las 4 de la mañana se resuelve el problema o como nos dijo una vez el actual delegado del distrito al que pertenecen estos barrios, que a su vez es el Delegado de Empleo del Ayuntamiento, que ante la grave situación de desempleo (que no olvidemos, lleva directamente a la situación descrita),  sus “recetas” son programas de empleo que no van más allá de los 6 meses, fomentar el cooperativismo y el emprendimiento o lo más vergonzoso que “pensaban poner en el distrito un parque de bambú”. Suponemos que se le pediría los pandas a la reina emérita de España y se montaría un tour turístico de la exclusión social, la marginalidad y la pobreza para que Sevilla tenga completa su oferta turística…

¡Auténticamente vergonzoso y canallesco este sistema capitalista que empobrece, margina y excluye!