Es muy común al acabar el año, pedir deseos para el próximo entrante. Como clase trabajadora qué mejor que desear salud y prosperidad para todos. Pero la prosperidad o simplemente el llamado “estado de bienestar” está haciendo aguas por todos lados, desde la sanidad a la educación, en todo lo público y si hablamos de las empresas privadas, la situación de muchos trabajadores es incierta.
Por ello es deseable que 2026 sea un año preñado de luchas y rebeldía, porque no hay que conformarse con la degradación de vida continuada para la clase trabajadora y beneficios cada vez mayores para grandes empresas y bancos.
Se ha vivido el 2025 como un año de incertidumbre en general respecto a muchos aspectos de la vida, incuso con guerras que pareciendo lejanas, no lo son en absoluto. Sin embargo, la prosperidad para la clase trabajadora es posible pues es ella la que produce toda la riqueza, a nivel mundial. Cuando los trabajadores se paran, se para la producción, pilar básico de la economía de mercado, del capitalismo, que es un sistema que ya no da más de sí. ¡Es necesario brindar y luchar por la prosperidad! Para ello hay que derrocar el capitalismo, cuyo ánimo de lucro está estrangulando las posibilidades reales de desarrollo de toda la humanidad. ¡Torres más altas han caído!
Toda la historia de la humanidad es una historia de superaciones; hoy en día los conocimientos, la técnica, la investigación, etc. han conseguido un nivel sin precedentes. Riquezas sin precedentes que, bien distribuidas, y no en los bolsillos de unos centenares de multimillonarios repartidos por todo el mundo, darían para cubrir las necesidades básicas de la población mundial, darían incluso para trabajar todos repartiendo las horas necesarias sin bajar los salarios.
Pero la clase capitalista no solo no va a regalar nada, sino todo lo contrario. Por ello, retomar la antorcha de la lucha por el socialismo o comunismo revolucionario, y la lucha para derrocar al capitalismo es el mejor de los deseos. ¡Brindemos por ello!

