En comercial cada uno a lo suyo, son batallas inútiles, estériles y perjudiciales para todos y todas las compañeras ya que perjudican exponencialmente la conciliación de la vida laboral y familiar que se les llena la boca de decir que favorecen. Cada vez son jefes y coordinadores más déspotas, más prepotentes y que se creen con más poder para tratar a los trabajadores como si fueran máquinas, o lo que es peor, sus sirvientes en sus ventas para sus pingües incentivos; esos mismos incentivos que no paran de recortar a los trabajadores pero que para ellos siempre crecen y cobran. Respeto a los compañeros, ya en otros territorios se les ha ido la pinza a algún “sultán” de Taifa insultando, y por escrito, a los trabajadores adscritos a sus áreas, conductas que no se pueden tolerar y que en Telefónica no se daban, y ahora poco a poco sí, esa es la cuestión.
