La semana anterior, en Madrid, la manifestación contra los recortes ha demostrado la amplitud del descontento que provocan la dictadura de los bancos, de los capitalistas y de los políticos a su servicio.
Pero el gobierno sigue afirmando que la única manera de salvar los intereses del país es aceptando todos los recortes y bajando la cabeza. Sin embargo, las clases populares saben que estos es una gran mentira que sirve para proteger los intereses de los especuladores, que imponen el desempleo y los recortes a miles de trabajadores.
Los sindicatos dicen que se debe hacer un referéndum y, si el gobierno no accede a ello, tendremos huelga general. Pero esto no corresponde a la gravedad de la situación; además, el referéndum ya se ha hecho en las calles con manifestaciones y movimientos de protesta por doquier. Las clases populares ya han dicho no a los recortes, un no contundente al paro que arruina a toda la sociedad, a esta vuelta atrás que nos quieren imponer.
Ante esto, la perspectiva que se nos abre es preparar luchas conjuntas, tanto los trabajadores del campo como los de la ciudad, los que tienen un empleo y los que no lo tienen, los obreros, los empleados, los autónomos, los funcionarios. Frente a esta situación hay que prohibir los despidos e imponer el reparto del trabajo sin bajar los salarios; contra el alza de los precios y contra los recortes, las luchas deben generalizarse. Si gran parte de los trabajadores están decididos a defender sus condiciones de vida, colectivamente, esto es una fuerza imparable.