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Las elecciones sólo son una herramienta de propaganda

Siguiendo con el calendario, ahora tocan elecciones municipales y en la mayoría del país autonómicas. Estas servirán de preparación para las generales, a finales de año. Según las encuestas, la tónica general va a ser la misma en que en las autonómicas de Andalucía.

Mucha gente se asombra de que todavía el PP tenga tal cantidad de votos y que el PSOE se mantenga. Pero en nuestra sociedad la información está en manos del capital, grandes bancos y empresas que sostienen la marca política que desean apoyar. Nos han hecho creer que la soberanía del pueblo está en los parlamentos o en los ayuntamientos; cuando la realidad es que reside en quien posee el dinero y los medios para hacerse oír.

Para la clase trabajadora no hay otra salida que la lucha y la movilización social. Pues a partir de ellas se puede agrupar, reivindicar y defender ideas que se hacen visibles y nos permite en la calle y en la empresa avanzar en la conciencia de clase. A partir de la movilización obrera y social, puede nacer un movimiento político que represente realmente a los trabajadores. Creer que desde un plató de TV se puede liderar un movimiento real es confundir una herramienta con el objetivo, o dicho de otra manera, coger el rábano por las hojas. Las elecciones tienen que servir para ser la expresión de las luchas obreras y no al revés, es decir, utilizar las luchas y movilizaciones para obtener puestos en las instituciones.

Los trabajadores debemos aparecer con nuestras reivindicaciones, con nuestras luchas, con nuestra propia voz. Y con una perspectiva de cambiar el sistema capitalista y construir una sociedad de trabajadores, socialista, sin explotadores, ni explotados. Para ello las elecciones pueden ser una herramienta de propaganda de las ideas socialistas, de las luchas y de denuncia del capitalismo, para que sea la voz del pueblo trabajador… ¡Pero no la solución!