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La ley de amnistía y los intereses de la clase trabajadora

El martes pasado el congreso rechazó la ley de amnistía que beneficiaba a los condenados y encausados por el proceso independentista en Cataluña y que fue negociada con los partidos independentistas catalanes, Junts y ERC. Sin embargo Junts, el partido del expresidente Puigdemont votó no a esa ley previamente pactada, porque quería introducir enmiendas que “blindaran” a su presidente y a otros de las posibles acusaciones de terrorismo que el juez García Castellón está introduciendo para boicotear la amnistía. La ley regresa así a la comisión de Justicia, donde los partidos tendrán que decidir en 15 días si retocan ese dictamen o si vuelven a negociar.

Dejando claro que nadie puede ser encarcelado por querer votar la independencia y más si lo vota un parlamento autonómico, estamos asistiendo al “juego” politiquero entre los partidos políticos parlamentarios.

En principio no se entiende porqué una ley pactada y acordada y que el otro partido “indepe” ERC sigue apoyando, Junts no la vote. ¿Por qué rechazar una ley que permite liberar a los “indepes” catalanes, sabiendo además que con la inestabilidad del gobierno se corre el riesgo de que la derecha vuelva al gobierno y entonces ni Puigdemont ni los “indepes” tendrían ninguna posibilidad de amnistía.?

Este juego de intereses politiqueros no es más que la estrategia de parte de esos políticos de Junts, que no olvidemos representan a parte de la burguesía y derecha catalana, para tensar la cuerda y aparecer ante su electorado como los más independentistas de todos aún más que sus competidores electorales del ERC.

No olvidemos tampoco que estos dirigentes “indepes” son la derecha de Cataluña, son representantes de la burguesía que utilizan la “independencia” para mantener su poder y la explotación del mundo del trabajo.

Por otra parte en este juego de intrigas politiqueras, las derechas, azuzadas por Felipe González y los suyos, agitan la calle con el “España se rompe”, “la patria en peligro” o el traidor de “Perro” Sánchez y su gobierno “ilegal”.

La derecha sabe que la amnistía une a las derechas y azuza el anticatalanismo que está latente en muchos sectores de la sociedad debido a la difusión de estereotipos que hacen que se tome a los catalanes por “agarraos”, ricos a costa de los emigrantes andaluces, manchegos o extremeños. Lo mismo que los andaluces son “vagos”, y así dividir y enfrentar unos trabajadores con otros, esto les permite seguir dominando a quienes realmente dominan, los grandes capitalistas.

La España que se rompe, la defensa de la “unidad” de la patria son y han sido eslóganes de los poderosos y las derechas para ocultar su verdadera dominación, su estatus, su poder a costa de la clase trabajadora, de los más pobres, y de su explotación.

Nada más que hay que ver, “la patria” de Juan Carlos el “bribón” o de Feijoo con sus amigos “narcos” y la corrupción de las derechas, no sólo del PP. Todos sabemos que la patria de los y las trabajadoras, son sus manos y sus cerebros que tienen que vender por un salario a esos dueños de la patria, los terratenientes, los banqueros y los grandes industriales.

Toda esta situación nace de la necesidad de gobernabilidad y estabilidad de la burguesía española y sus políticos que tras la crisis económica de 2008 y los ataques a la clase trabajadora quieren su “estabilidad” con su bipartidismo, PP, PSOE.

Y es precisamente la recuperación de este bipartidismo para la gestión del Estado, que con sus jueces y policías, les asegura la explotación de la clase trabajadora, para beneficiar a los de siempre, los dueños de “la patria”.

Ni el Estado con sus jueces y policías, ni las patrias son de la clase trabajadora y precisamente la clase trabajadora en Cataluña, como en Andalucía o de cualquier origen y nacionalidad, no tiene nada que ganar con estas intrigas politiqueras.

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