El ataque con bombas que Israel ha venido lanzando al sur del Líbano y en Beirut ha causado más de 500 muertos, incluyendo 50 niños, y más de 1.200 heridos, según sus propias autoridades. Israel avisa de una posible entrada de tropas en el territorio. Esto ocurre días después que explosionaran miles de aparatos de comunicación usados por miembros de Hezbolá, dejando decenas de muertos y miles de heridos.
Frente a las masacres en Palestina y Líbano la comunidad internacional asiste impasible a este espectáculo sangriento. La UE y EE.UU. hacen oídos sordos mientras Israel sigue elevando el número de muertos. Solo les preocupa salvaguardar los intereses de sus respectivas industrias de armamento, el control de estos territorios y sus recursos y mantener a Israel como policía en la región. Un conflicto financiado con dinero público y que restan de la sanidad, la educación, etc. para enriquecer a las empresas militares.
“Desde el mismo día 7 de octubre de 2023 no se produce ninguna operación de venta de armamento a Israel” declaró el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. Miente. Las exportaciones firmadas antes de esa fecha continuaron. Desde octubre de 2023 lo importado y exportado por España a Israel asciende a 1.027 millones de euros.
Más aún Felipe González ya formalizó un acuerdo con Israel para proteger el negocio armamentístico revisable cada 4 años que Rajoy convirtió en perpetuo. La burguesía tiene asegurados sus intereses económicos, utilizando el dinero público para financiar mediante la violencia el dominio de sus posesiones. Mientras Pedro Sánchez justifica los negocios con Israel, defiende al estado palestino con la boca chica y «pide” a Israel el cese de las matanzas mientras continúa proporcionándole armamento.
No habrá paz mientras el capitalismo funcione. Está claro que nos lleva a la barbarie y ésta lleva ya tiempo instalada en algunas partes del globo. Y se extenderá si no surge una oposición fuerte de entre las filas de la clase trabajadora, la única que está en condiciones de arrebatar los negocios de la burguesía y tomar en sus manos las riendas de la economía.