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Irak: los trusts petroleros desmiembran el país

Después de ExxonMobil y Chevron, Total acaba de anunciar su instalación en el Kurdistán iraquí, una región situada al norte de Irak, en los confines de Turquía, de Siria y de Irán, y que para su desgracia encierra vastas e inexploradas reservas de petróleo.

Pasando por encima de la cabeza del gobierno iraquí establecido por el ejército estadounidense, según la conocida expresión, “reconocido por la comunidad internacional”, los trusts del petróleo tratan directamente con el gobierno regional kurdo. Este último les ofrece condiciones más ventajosas que el Estado central iraquí y les abre generosamente las venas del país. Lo mismo sucede con la construcción de un nuevo oleoducto, que une los campos de las multinacionales en un puerto turco, sin pasar por la zona bajo control central iraquí.

El gobierno de Bagdad, que pierde una parte de sus rentas en el negocio y teme que el ejemplo sea seguido por otras regiones del país, protesta. Y amenaza a las compañías petroleras con poner fin a sus contratos en el resto de Irak, pero se encomienda a la sabiduría del gobierno estadounidense, potencia tutelar. Éste último se limita a desear que el negocio se arregle de la mejor manera y subraya que todo el mundo tiene interés en el desarrollo de la industria petrolera. Los discursos oficiales de los dirigentes norteamericanos sobre el restablecimiento de un Estado iraquí democrático, independiente, incluso próspero no valen una gota de petróleo.

Tres de los mayores trusts petroleros parecen así estar en vías de fabricarse un nuevo principado a su disposición: un Estado reducido a la simple expresión de una banda de hombres armados, que acampan alrededor de un campo de petróleo, protegen su extracción y su envío por un salario de mercenarios, un fusil y una bandera. Algunos tendrán la oportunidad de ir a arriesgar su vida trabajando para las compañías. El resto de la población, kurda de Irak en este caso, podrá ver de lejos las luces detrás de las alambradas y mirar pasar los camiones de las compañías petroleras protegidos por los jeeps del nuevo ejército kurdo y de sus “consejeros” de Total o Exxon. La “comunidad internacional” que no ha rechazado nada a los trusts del petróleo, dejará hacer, si no lleva al nuevo Estado a las pilas bautismales.

Tras el aplastamiento de Irak bajo las bombas y su ocupación militar, se ha llegado a la partición de hecho del país en función de los intereses de los trusts petroleros. Así se resume la pretendida defensa de la libertad de los pueblos.

por Paul GALOIS

Autor: Lutte Ouvrière

Traducción:  F.P.

Tomado de bellacio.org y Kaos en la Red