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GAZC

Hace algún tiempo, los compañeros de GAZC tuvieron que arreglárselas cobrando sus salarios tarde y mal. Cuando las deudas eran tremendas y la incapacidad de la Dirección evidente, los jefes no dudaron en pedir comprensión a los trabajadores: a la hora de cobrar las nóminas a plazos, para quedarse sin cobrar pagas extras (que se cobraron al cabo de los meses), para aceptar congelación de salarios…

Siguieron pidiendo más comprensión cuando decidieron prorratear las pagas extras. Es en esos momentos cuando el «lobo se pone piel de cordero» y pide sacrificio y esfuerzo por el «bien de todos».

Ahora que hay dinero y la empresa ha decidido volver a pagar 14 pagas, los jefes ni escuchan ni comprenden que algunos de esos trabajadores (que tanto hicieron por el patrón), prefieren seguir con el prorrateo de las pagas. Ahora, su respuesta ha sido contundente: «la empresa lo ha decidido así…, y punto».