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EL TRENECITO DE ZOIDO

     Encima de los tiempos cortos, ahora nos toca sufrir el último antojo de nuestro excelentísimo alcalde. Un trenecito que va desde la plaza del Duque hasta la Encarnación, entorpeciendo el paso de los autobuses de la línea 27 y 32. Lo que se lía es descomunal.

     Si lo que quiere el excelentísimo alcalde es que los sevillanos se distraigan y pasen un día agradable podría vestirse de bruja y repartir escobazos a diestro y siniestro. Seguro que rebajaría el déficit municipal.