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EEUU, racismo de Estado

En los Estados Unidos, el gran jurado dio su veredicto relativo al asesinato de Michael Brown, el 9 de agosto, en Ferguson, Missouri: Darren Wilson, el policía que mató al joven negro de 18 años, sale absuelto. La decisión del gran jurado, compuesto por 9 personas blancas y 3 personas negras, alega legítima defensa.

Sin embargo testigos presenciales dicen que en el momento de los disparos Michael Brown tenía levantadas las manos. El trabajo del gran jurado no es público, algo parecido a lo que aquí conocemos como secreto sumarial. Pero se han sabido algunos detalles: como por ejemplo que el peso de la decisión ha recaído en el testimonio del propio policía y que se negaron por “errores” los testimonios que negaban la legítima defensa.

La decisión del gran jurado inmediatamente ha levantado una ola de cólera en Ferguson, dónde han estallado revueltas, y también por el resto del país. Ha habido manifestaciones en Los Ángeles, Boston, Chicago y en decenas de ciudades, a los gritos de: “No a la impunidad de los linchamientos de la policía”, “Los polis son asesinos racistas”, “Alto al terror racista de la policía”… En agosto, el asesinato de Michael Brown ya levantó una extensa protesta.

En los Estados Unidos, los asesinatos de jóvenes negros por la policía son cosa corriente. Por no citar más que algunos casos recientes, el 17 de julio último en Nueva York, un hombre negro de 44 años, que revendía tabaco, moría estrangulado a manos de un policía. El 5 de agosto, también moría a manos de la policía –de nuevo absuelta- , un joven negro de 22 años que manipulaba una pistola de juguete en un supermercado de Ohio donde este producto estaba a la venta. El 22 de noviembre, un niño negro de 12 años, que jugaba en un parque de Cleveland, en Ohio, con un arma también de juguete, fue abatido por la policía, con la justificación de que no había respondido a sus requerimientos.

Cada año los policías americanos matan al menos a 400 personas, la mayor parte negras. Detrás de este gran número de crímenes, está el racismo de las autoridades americanas contra los más pobres. Obama ha justificado la decisión del gran jurado y ha apelado a la calma. Desde que está en el poder la violencia y las discriminaciones contra las personas negras no sólo no han bajado, sino todo lo contrario. ¡Y es contra este racismo de Estado, que Obama sigue protegiendo, contra el que debían protestar todos los ciudadanos americanos y mostrar su rabia!