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Editorial – 2018: por una salida obrera a la crisis que continúa

Durante todo el año, gobierno y medios de comunicación vienen afirmando que España ha salido de la crisis y juegan con cifras de desempleo a la baja. Pero estas manipulaciones no engañan ya a nadie: no hay más empleo, en su lugar hay precarización del trabajo; sustituyendo un trabajador fijo por tres trabajadores precarios. Incluso la presda sacude al aire que España es el país que más empleo ha creado en el último año. Y presume de más de 19 millones de trabajadores en activo después de 8 años.

En España hay casi quatro millones de parados. De los que trabajan, 1.200.000 tienen bajos sueldos y condiciones ínfimas, recurriendo a las horas extras para tener un salario que permita vivir; y otros se ven forzados a trabajar más horas, sin cobrarlas ni cotizarlas, de las que recoge su contrato. Es el pan nuestro de cada día.

España sólo invierte un 24,7% del PIB en gasto social, el resto de Europa gasta una media del 29%. Y esto es solo una media, si se compara con, por ejemplo, Francia, el gasto en desempleo, prestaciones familiares, exclusión o dependencia… es del 34% del PIB, una gran diferencia. Incluso Grecia y Portugal dedican más dinero que nosotros.

Y todo esto ocurre mientras los ricos son cada vez más ricos y las grandes empresas siguen aumentando sus grandes beneficios.

Las trabajadoras de Bershka no se han arrugado ante tanto poder y han conseguido las mejoras que pretendían respecto a igualación salarial y mejora del convenio. Sus nueve días de huelga ante el gigante Inditex muestran que éste es el camino. Sin la determinación que estas trabajadoras mostraban el resultado hubiera sido otro. Porque no hay nada comparable al poder que tienen las trabajadoras y los trabajadores cuando están determinados a parar la producción, todos a una.

¡La fuerza colectiva del trabajo es el arma más poderosa!