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Abril de 1939: El fin de la Guerra Civil y el inicio de 40 años de represión franquista

A primeros de abril de 1939 finalizó la Guerra Civil española dirigida por Franco y liderada por la burguesía para someter a las clases obreras y populares, así como a sus organizaciones revolucionarias. Con su fin dio comienzo una represión feroz que no finalizó hasta bien entrada la Transición.

El capitalismo es una sociedad de clases que se sostiene con la explotación de las clases trabajadoras. En España se vivía un conflicto social desde hacía años. La burguesía, los terratenientes, la Iglesia y un aparato del Estado que permitía a esta clase dominante todos sus excesos, vivían a costa de los pobres, de los jornaleros y campesinos, de los obreros. Éstos no estaban dispuestos a soportar por más tiempo el hambre y la miseria.

Los sectores burgueses intentaron frenar y aplastar a los trabajadores, primero con la dictadura de Primo de Rivera, después con la II República, en ella con la CEDA y finalmente, tras el triunfo electoral del Frente Popular con el golpe de estado militar.

Y el golpe militar desencadenó la ira popular y la revolución. Los trabajadores y los pobres se organizaron en milicias obreras y campesinas. Los comités se multiplicaron y se llevaron a cabo la toma de tierras latifundistas y las fábricas poniendo el proletariado en acción su número y su determinación. Esta determinación y la creencia en sus ideas revolucionarias mantuvo a raya a los facciosos en una lucha de tres años, a pesar que Franco contaba con la ayuda de Hitler y de Mussolini.

Tras la victoria militar dio comienzo una represión brutal del régimen franquista contra las clases obreras y populares y sus organizaciones. El régimen franquista creó una tupida red represiva que tenía como objetivo eliminar físicamente e ideológicamente a los obreros revolucionarios y su vanguardia, así como aterrorizar al conjunto de la población. Por ello, la represión abarcó todos los campos posibles y fue un instrumento de dominación, de humillación y de consenso forzado. La represión fue consubstancial al régimen franquista y convirtió el país en una inmensa prisión.

La derrota de la Guerra Civil supuso la eliminación física de la vanguardia obrera que lideró el movimiento obrero y que aupada por el auge revolucionario de esos años se atrevió a realizar acciones revolucionarias contra la burguesía, los terratenientes y la Iglesia. Franco fue el resultado de una clase dominante desesperada que veía en los obreros el enemigo que iba a poner en jaque el poder burgués.

Fueron miles las personas asesinadas durante la represión franquista y enterradas en fosas comunes que, durante décadas los sucesivos gobiernos habidos a partir de la Transición, se afanaron en ocultar y dificultar la localización de las mismas. Una lucha de años por descubrir la verdad con el tesón e insistencia por parte de las familias de los desaparecidos, junto a activistas del movimiento de Recuperación de la Memoria Histórica.

Una de esas fosas es la de Pico Reja, en el cementerio de San Fernando, donde tras un trabajo de años se han hallado 1.786 cadáveres, la fosa común más grande de Europa Occidental desde la de Srebrenica en Bosnia Herzegovina.

No podemos cambiar el pasado, pero sí recoger nuestra herencia y preparar el futuro.

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