La flotilla de ayuda humanitaria a Gaza, ha sido atacada por drones del ejército de Israel con sulfuro de hidrógeno, un gas tóxico, sin que haya que lamentar víctimas, a pesar de ser letal aún en bajas concentraciones. Gas prohibido tras la 1ª G. M. en 1925. La Global Sumud Flotilla (GSF) incluye a cerca de 50 embarcaciones civiles con participantes de más de 40 países, incluida España. “Sumud» es un término árabe que significa firmeza y perseverancia ante la adversidad. El objetivo es intentar romper el bloqueo y que la ayuda humanitaria llegue de manera directa a las niñas y niños gazatíes. Pero esto a Israel le da igual, como matar –incluso de hambre- a niños y población civil en Gaza.
Como el genocidio y la matanza perpetrada por Israel contra la población civil de Gaza es ya casi imposible de seguir escondiendo, y gracias a las huelgas y movilizaciones populares, muchos países están cambiando sus posturas iniciales y 10 nuevos países han reconocido al Estado palestino, lo que eleva a 157 el número de naciones que ya lo reconocen, una amplia mayoría dentro de los 193 países con asiento en la ONU, entre ellos Francia, Reino Unido, Canadá, Australia… Sin embargo esto sirve de poco pues Estados Unidos, Alemania y Japón siguen sin siquiera reconocerlo. ¿Cómo lo harían si son responsables de lo que en Gaza ocurre y EEUU tiene derecho de veto?
También Pedro Sánchez ha ido en las últimas semanas cambiando su lenguaje respecto a Gaza e incluso acaba de anunciar que enviará un barco para proteger a La Flotilla. Ha sacado un decreto ley para el embargo de armas completo a Israel, entre otras medidas, como la compra-venta de sus armas; pero no hay que esperar mucho del decreto pues con sus excepciones “por el interés nacional”, todo será humo, de nuevo. El decreto también impone el veto a la importación de cualquier producto que venga de los asentamientos ilegales en territorio palestino ocupado por Israel. Pero ningún artículo se etiqueta así, que conozcamos; la etiqueta refleja si un producto es o no israelí, pero no reflejan si su procedencia son los asentamientos.
Israel es el gendarme del imperialismo occidental; por eso las grandes potencias, también España, han dejado que las cosas lleguen a tal extremo de atrocidad. Por ello, el pueblo palestino no puede esperar nada de ellos. Ante las masacres de civiles Pedro Sánchez, al igual que otros representantes de otros países, intentan salvar la cara reconociendo al Estado Palestino. Pero esto no es más que un lavado de cara ante lo que es inviable desde 1948: los dos Estados. Después de decenas de miles de asesinatos ¿no es un poco tarde para reconocer el genocidio? La aceptación de un estado palestino es decir, los dos estados, es por una parte fruto de la presión y movilización de la sociedad pero así llevan desde 1948. Mientras Israel sea el guardián de los intereses económicos y geopolíticos de EEUU y EU no habrá paz y más cuando un Estado palestino, suponiendo que lo permitieran, realmente sería para reproducir la sociedad opresora que existe en la zona: una sociedad de clase en manos de las burguesías sea palestina o de otro lugar. Israel nace para ser el policía de Oriente Medio y necesita expulsar a la población originaria como lo lleva haciendo desde el 48. Pero ni Irán, Catar o los países de alrededor son países igualitarios, sin explotación obrera o de la mujer. Un Estado palestino junto a Israel sólo sería posible si sirviera a los intereses de las burguesías y del imperialismo y bajo la bota de Israel. La solución de dos Estados es irreal en el capitalismo imperialista mundial y la única solución sería que los pueblos y la clase trabajadora de la zona, tanto israelíes, palestinos o árabes, expulsaran a sus burguesías para construir una sociedad socialista igualitaria, sin predominio de las religiones y sus riquezas y medios de producción estuvieran en manos de la clase trabajadora al servicio de las necesidades sociales y no al de los beneficios de las multinacionales en general y las del petróleo en particular.
Como han demostrado las movilizaciones contra el genocidio israelí, y las huelgas de trabajadores en Italia, la lucha obrera es la única que puede cambiar la sociedad y frenar la explotación y las guerras. ¡Por la Paz y el Pan hay que derrocar el capitalismo!

