En Sevilla, hace pocos días, un grupo de chavales entre catorce y quince años dieron una brutal paliza a un hombre en una céntrica calle de Sevilla, tras preguntarle si era «maricón».
Este vecino ha denunciado la agresión, porque más que los golpes, le duele la violencia gratuita por motivos homófobos y la sensación de impunidad con la que actuaron.
No dejar pasar ningún tipo de agresión es tarea de todos, si queremos avanzar como sociedad. Estos agresores aún no han entendido que, si alguien sobra, son los homófobos. ¡Ningún espacio en nuestras calles a los que sólo siembran odio!


