Antonio Miguel Carmona, mediático político del PSOE, que se dio a conocer por ser concejal en la “candidatura del cambio” en Madrid con Manuela Carmena entre 2015 y 2019, ha pasado a ser vicepresidente de Iberdrola España. Un nuevo caso de “puertas giratorias”, que se une a la larga lista de cargos públicos que se han pasado a empresas privadas, especialmente las eléctricas.
Como tantos otros miembros del PSOE (26 cargos importantes en toda su historia), se ha quitado la falsa careta de “socialista” (de palabra, abandonaron el verdadero socialismo hace mucho tiempo) para ir derecho al consejo de administración, donde sabrán pagarle bien por sus servicios. ¡Y todo esto en plena subida estratosférica del precio de la luz! Mientras, desde el PSOE señalan que ya no ocupaba cargos en el partido y que lo de las puertas giratorias es una “leyenda urbana”, Teresa Ribera dixit. Un insulto o una burla.
Todo esto solo nos muestra que el Estado no es más que una maquinaria puesta al servicio de los capitalistas, las eléctricas en este caso. Que los distintos gobiernos de este país, PP o PSOE, han sido unos gestores de los negocios del IBEX35. Y las puertas giratorias no son más que la expresión de las corruptelas que reciben los políticos por parte de las empresas para mantener sus ganancias sin límites.