Todas estas agresiones cometidas a personas pertenecientes al colectivo LGTBI no son una simple coincidencia. Tiene unos culpables, que no es otro que la extrema derecha y los medios privados que ofrecen espacios y dan voz a estas organizaciones políticas reaccionarias y ultra conservadoras, hasta el punto de normalizar los discursos de odio hacia los inmigrantes, las mujeres, las personas trans, homosexuales y demás personas pertenecientes a dicho colectivo. Estos medios de comunicación propiedad de bancos y empresas privadas les proporcionan visibilidad y los muestran como una opción democrática más. Independientemente de la raza, género u orientación sexual, pertenecemos a una misma clase social, que es la clase trabajadora por mucho que la extrema derecha intente dividir y enfrentar a los trabajadores. La extrema derecha como Vox y derivados son la respuesta más putrefacta del capitalismo y una de sus pretensiones es impedir la unión de la clase obrera. No hay más opción que organizar a los trabajadores para combatir a la ultra derecha y al estado capitalista.