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25N: ¡Basta de violencias contra las mujeres!

Desde 2003 -primer año que se contabiliza- que fueron asesinadas 71 mujeres hasta este noviembre de 2023 -que se llevan contabilizadas 53- hay un total de 1.236 muertes y lo peor es que no hay una disminución significativa en los últimos 20 años.

El mismo día 25 de Noviembre un hombre asfixió a su pareja de 25 años, muriendo días después; el lunes siguiente otro hombre mata a cuchilladas a su mujer. El miércoles 29 ocurrió en Sagunto, Valencia, un marido mata a su mujer y a su hija de 13 años; al día siguiente otro hombre quema a su mujer y a su hijo. La mujer, muy grave, está en coma inducido; el hijo se salvó.

Esta suma y sigue de crímenes y asesinatos machistas revelan que la violencia de género no disminuye, a pesar de las medidas policiales y de protección, a pesar de las leyes a favor de las mujeres, como la llamada ley del sí es sí.
Es precisamente alrededor del 25 N, día contra la violencia de género, que estos crímenes machistas se han producido. No entramos a debatir si esta violencia tiene algo que ver con la reacción de los asesinos el día preciso de esta conmemoración. Pero sí es necesario reflexionar sobre el porqué de los crímenes y agresiones contra la mujer, sean maltratos, violaciones o asesinatos, pues no disminuyen cuando se supone que las nuevas leyes protegen a las víctimas.

Es verdad que la concienciación del problema y de la necesidad de frenar estas agresiones es mucho mayor hoy gracias a las grandes movilizaciones feministas y que actualmente la mayoría de la población aborrece estos actos y en especial, las mujeres se sublevan ante estos hechos. Y esta puede ser una de las razones por la cual la violencia machista permanece: la reacción de los hombres machistas ante la rebelión de las mujeres al dominio del hombre.
El machismo, como el racismo, son sólo engranajes de un sistema violento e injusto que busca por medio de estos dividir, aplastar y agravar la situación de quienes día a día luchamos por mejorar nuestras condiciones de vida. Es posible que muchas crean que se puede solucionar este problema con medidas legales, protección policial y jurídica; y, si es verdad, que con medidas legales y sociales puedan aminorar el problema, la realidad es que estos problemas no desaparecerán si no acabamos de raíz con lo que provoca esta violencia.

El machismo no es más que la dominación por la violencia del hombre sobre la mujer, que se hunde en la noche de los tiempos cuando se instituyó la división en clases sociales y la opresión de una parte minoritaria de la sociedad sobre la otra mayoritaria. Siglos de educación machista no remitirán mientras la sociedad no tome en sus manos todos los medios de producción y el objetivo de nuestra vidas sea lo común, lo colectivo y los seres humanos asociados vivamos en igualdad real, no solo legal. Por ello todas las medidas contra la violencia de género deben de llevar aparejadas la perspectiva de abolición de toda opresión y explotación y por ello la determinación de acabar con el capitalismo.

En esta perspectiva tenemos que trazar un horizonte más amplio y señalar que la violencia machista no terminará si no es acompañada de la construcción de una sociedad más justa en todos los terrenos, una sociedad socialista.

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