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Vivienda y salarios una relación que explica la explotación capitalista

El acceso a la vivienda es un problema creciente entre la población de nuestro país y en concreto entre la juventud. Este problema no sólo atañe a nuestro país, es también característico de la Unión Europea y de todos los países del planeta, porque es una característica del sistema capitalista. Alquilar o adquirir una vivienda se ha convertido en una odisea ante los precios desorbitantes del mercado inmobiliario. Esto no sería un problema, o sería menor, para la clase trabajadora si los salarios hubieran crecido en proporción a los precios.

Pero si, como los mismos economistas burgueses explican, el coste de la vivienda no debería sobrepasar el 30% de éste, el encarecimiento del alquiler y de la vivienda supone en realidad una disminución en la capacidad adquisitiva de los salarios y esto redunda en beneficios para el capital y la patronal que se lucra con las plusvalías extraídas a la clase trabajadora a través de las subidas de precios en general y de la vivienda en particular. En definitiva, el problema de la vivienda en España para los trabajadores, significa aumentar los beneficios de la patronal y el capital invertido en el mercado inmobiliario bajando nuestros salarios. Nos empobrecemos para enriquecer a los capitalistas.

Contrariamente a lo que la economía burguesa enseña, el salario no es la parte que el trabajador o trabajadora produce o el servicio que realiza. El salario no es más que el precio de la fuerza de trabajo que necesita para reponerse y volver a gastar la energía necesaria para realizar un servicio o producir cualquier mercancía para su venta. La fuerza de trabajo, es decir la energía que gastamos en los engranajes de la economía, necesita alimento, habitación, formación y ocio que permita estar en condiciones para producir. Así las mercancías producidas por la clase trabajadora por encima del coste salarial, serán ganancias al ser vendidas por la patronal. Si el coste salarial es menor y la producción aumenta, las ganancias serán mayores para el capital. Por ello al aumentar el precio de la vivienda y no subir los salarios la clase trabajadora paga con trabajo gratuito a la patronal, sus beneficios.

Las matemáticas no engañan y el precio de los alquileres han crecido cuatro veces más que el salario medio en España y es ya el 47% del sueldo que se destina a la vivienda. Los precios del alquiler subieron el 29,4% en los últimos tres años. En 2024, los trabajadores y trabajadoras cobraron una media 27.060 euros de salario bruto al año. Sin embargo, alquilar una vivienda estándar de 80 metros cuadrados cuesta 12.758 euros anuales de media, lo que representa el 47% de su salario. Estos datos se pueden encontrar en el periódico El Mundo para nada famoso por su izquierdismo. Si se supone que el 30% debiera ser el máximo porcentaje del salario dedicado a la vivienda, el 17% (47%-30%) de nuestro salario ha ido a las ganancias de la patronal y del capital inmobiliario.

Si cuantificamos ese 17% sobre el salario medio, serían 4.600 € que dejaríamos en los bolsillos del capital rentista. Lo que dejamos de ganar los trabajadores se lo lleva la patronal. Esto es solo un ejemplo que muestra el enriquecimiento de esa burguesía a costa de la clase trabajadora. Es uno de los factores, el principal, del aumento de la inversión de capital en el sector.
Las ganancias millonarias a costa de los trabajadores son extraordinarias. Es el motivo real de la subida de precios de la vivienda en alquiler y compra y la escasez de esta en el mercado inmobiliario. Acentuado además por la turistificación de las grandes ciudades y los alquileres turísticos.

Para finalizar, hay que decir claro y alto: no se podrá resolver el problema de la vivienda mientras el mercado capitalista y los beneficios del capital sigan siendo el mecanismo que determine el número, el tipo y el precio de las viviendas que se construyen. Se podrán poner algunos límites, regularizar la situación de los alquileres turísticos etc., pero serán parches que no resolverán la situación.

La única solución a largo plazo real, sería nacionalizar el suelo, que pertenezca a la sociedad y expropiar la propiedad privada de la burguesía, los grandes tenedores inmobiliarios y fondos de inversión, para que gestionado el sector inmobiliario por la población trabajadora, se planifique de acuerdo a los fines sociales y no al lucro privado.

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