La decisión de Biden de autorizar a Ucrania a disparar misiles de hasta 300 kilómetros contra Rusia es un paso más del imperialismo en la escalada bélica en Europa del este.
Desde hace tiempo se oye que Estados Unidos desea «congelar» el conflicto y sentar las bases para una mesa de negociación, por ello muchos comentaristas hablan de que esta nueva ofensiva es escalar para desescalar después.
Tanto para Trump como para Biden se trata de que Ucrania resista y de desgastar a Rusia.
Hasta que la diplomacia se ponga de acuerdo, diplomacia compuesta por los mismos que antes alentaron la guerra, miles de muertos se seguirán produciendo, en la guerra o en la paz, hasta que los pueblos tomen conciencia de que tienen que tomar las riendas de la sociedad en sus manos y no dejar que otros decidan en su lugar.